Jarro de agua fría
El Athletic lo tuvo más cerca que nunca en los últimos doce años. Asustó e hizo sudar al Bernabéu. Williams malogró un par de ocasiones de esas que recordará toda su vida.
Bien por Sabin Merino. El delantero de Urduliz tuvo una ocasión muy clara de cabeza y en la segunda no falló. De los seis goles en la élite, dos han sido frente a los merengues. Ante el Madrid el Athletic está teniendo goleadores variopintos y algunos poco habituales en la cita con la red. Hace tres temporadas anotó Ibai en el 1-1 de San Mamés. Y el curso pasado lo hicieron Eraso y Elustondo en el 4-2 del Bernabéu. Venga Iñaki, no pasa nada. El canterano lo tuvo en sus botas en dos oportunidades, pero no pudo ser. El equipo le arropó al final, empezando por Valverde. Podía haber echado un jarro de agua fría al ya mojado Bernabéu. Por cierto, en el templo del madridismo la gente se moja. El todopoderoso Florentino no pudo consultar con Urrutia cómo se hace para solucionar el tema del agua, pues éste no viajó. El excolchonero fue sustituido y escuchó la bronca de la noche, por su pasado atlético. Demostró personalidad durante todo el partido y desde el extremo opuesto, dio un paseíllo que sirvió para llenar con un poco de oxígeno los pulmones de sus compañeros.
Raúl y la música de viento.
Beñat, estaba pero no. “Le hemos metido para hacer el 18. Podíamos haberle puesto un rato pero la realidad es que completaba la lista porque aún está corto de preparación”, señaló Valverde sobre un hombre básico, que maneja el equipo en medio campo. Extrañó. Corres, satisfecho. “En lo deportivo el club marcha muy bien y en lo social también estamos satisfechos”, señaló el vicepresidente José Ángel Corres en Movistar+ tras el partido. Acompañó a Florentino en el palco. También se mostró orgulloso por la presencia de la cantera en el primer equipo. A seguir esperando. A Txingurri le preguntaron el sábado en la previa si había explicado a la gente cómo es eso de ganar en el Bernabéu. También Raúl sabe lo que es torear en una plaza tan grande. Hay que seguir esperando. Y Laporte también cae. En una disputa por abajo, el ayer jefe de la defensa también cayó lesionado. Una línea inédita que se sostenía con pinzas. Para echarse a temblar. Lekue se sacó la espina de Genk. Etxeita demostró que mientras van cayendo los que le cierran el sitio, él no desfallece y está ahí. Y Saborit acabó acalambrado. Aymeric se dolió del tobillo y esperó al descanso. Aguantó. Casi cojeaba como Aduriz en Bélgica. Eraso, el polivalente. Lo mismo vale para el mediocentro o para llegar por detrás del punta o incluso en banda. Eraso se ha acostumbrado a jugar contra los grandes. “Tiene muchísimo trabajo y ve espacio para entrar cuando el contrario juega con cierto espacio a las espaldas”, enseñó Valverde, que maduró ponerle en un costado ante el problema de Saborit. Ya le probó ahí en pretemporada y no desentonó. Merece más minutos o, al menos, convocatorias. Y hoy, asamblea. El equipo regresó con el sabor agridulce. Pero lavó la imagen de Genk. Esta semana está limpia de partidos. Urrutia y su directiva presentan en el Euskalduna (19:30 horas) a la asamblea de compromisarios un presupuesto récord en la historia de 114 millones, cifra que va unida a un superávit de cierre del curso anterior de 19,6 kilos. Para éste se presupuesta, como punto de partida, una ganancia de 13 millones, dejando el apartado los gastos con un montante global previsto en 95,8 millones. El contrato televisivo reportará 62,4 millones. Una vez más, el presidente sacará adelante todo.