Globalización contra identidad
Hace unos días leí una publicación en la que se informaba sobre el AEK Larnaca. En la misma se detallaba como en este equipo chipriota comparten vestuario hasta once jugadores españoles en su plantilla. Once. Más que los del Barcelona y el Real Madrid juntos.
Al principio me pareció una simple curiosidad, pero un rato después me paré a pensar en ello detenidamente. El fútbol es un claro ejemplo del fenómeno de la globalización, quizás de los primeros ámbitos en los que se pudo apreciar.
Algo que sin duda resulta positivo por un lado, puesto que se consigue un flujo continuo de talento por diferentes lugares del mundo. Pero, por otra parte, esta situación también me lleva a pensar en si estos jugadores internacionales representan y defienden realmente los valores de cada club.
Obviamente la mayoría de ellos llegan motivados por la fama o el dinero que en estos destinos les prometen cuando firman sus contratos, más que por los ideales o la filosofía del equipo. Esto, en muchas ocasiones, genera situaciones en las que los valores que definen la identidad de un club queden desdibujados.
El fútbol representa mucho más que un simple deporte en el que juegan once contra once. Puede darse el caso de que con la extranjerización de las plantillas de fútbol de todo el mundo, se estén perdiendo alguno de sus valores fundamentales.
En este sentido, es de valorar que el Real Madrid se esté españolizando, intencionadamente o no, y esté apostando cada vez más por jugadores nacionales. De hecho, después de 13 años de dominio del Barça, el Madrid ha cogido el testigo y actualmente es el equipo que más jugadores aporta a la Selección nacional. Jennifer Sánchez Da Silva
Barcelona