El proyecto de Herrera, en juego
Habrá un antes y un después tras el partido de esta tarde en Alcorcón. O se reacciona para bien y el equipo sale de la crisis, tal y como hizo en la primera vuelta después de las cinco derrotas consecutivas, o agudiza el problemón actual todavía más y el técnico salta por los aires. No veo mucho término medio ya que queda cada vez menos y el tren de la promoción se escapa. Quizá un empate insulso que mantenga las dudas o una buena actuación sin reflejo en el marcador puedan alargar una semana más la incertidumbre del futuro camino del equipo. Pero en condiciones normales o el partido de Santo
Domingo revierte la situación y salva al técnico o aumenta la herida y pone a Carlos Suárez de los nervios precipitando, ante la emergencia, cualquier decisión que se le pueda venir a la cabeza.
La semana ha estado muy bien. Todo el mundo ha hecho propósito de enmienda reconociendo incluso que al equipo le ha faltado intensidad. Para los jugadores y el entrenador no es un problema de preparación física, ni de sistemas. Simplemente, dicen, esto es fútbol y estas cosas pasan. Suele ser la mejor explicación cuando no se sabe muy bien qué decir. El caso es que todos los protagonistas prometen cambiar y una reacción para hoy. Y a ello nos apuntamos. Porque nadie quiere soluciones traumáticas a estas alturas, ni poder caer en el peligro de tener que luchar al final por salvar la categoría por segundo año consecutivo. En sus manos está darle un giro a los acontecimientos. Sigue habiendo tiempo… pero hay que dejar de perderlo. Es un todo o nada. El margen de fallos ya se terminó.