Mateu y Jose ponen los goles en un buen derbi
Los blanquivioletas tuvieron más ocasiones, pero sin acierto
El Real Valladolid y el Numancia empataron en el derbi de Castilla y León en un partido con dos partes muy diferentes. Una primera loca, correcalles, con muchas ocasiones y una segunda mala, con poca precisión y menos velocidad. El resultado fue un empate que no resueve las inquietudes de ninguno de ellos, pero que deja más contentos a los visitantes que a los locales.
Inicio el partido el Numancia con mucho ritmo, aprovechando el hueco que se abría entre la defensa y el centro del campo. Guitián no manda, no es capaz de tapar y Capilla jugó a su gusto en la posición de interior. Jugó su mejor partido como rojillo ayudado por las facilidades que le daba el conjunto pucelano que no mandaba en esa zona de rechace. Ruiz de Galarreta, de falta, intentó sorprender a Becerra, justo antes de que De Tomás tuviera una ocasión muy clara en la que remató bien, pero Aitor despejó y el rechazo le llegó a Jose, que no fue capaz de rematar. Entonces los sorianos pudieron adelantarse por mediación de Nieto y Medina, antes de que Míchel picara el balón por encima de Aitor, pero el esférico se paseó paralelo a la línea de gol. El partido viró. Tampoco entró el balón en un cabezazo de Gutiérrez contra su propia portería o en la ocasión de Jose que Ripa desvió a córner. El Valladolid avasallaba a su rival: Jordán disparó fuera y Alex Pérez tuvo dos más, pero no acertó a marcar. El hándicap de encontrarse en zona de remate cuando está más acostumbrado a despejaR.
En la segunda parte, el partido fue completamente diferente. Ya no se corrió tanto. El Numancia pretendió tener más el balón, se lo quitó al Valladolid, que sufrió mucho sin él pese a que entró Anuar por un desafortunadísimo Guitián. Capilla disparó al larguero y los sorianos parecieron crecer con el paso de los minutos. Controlaba el partido y lo dormía. Le costó un poco, pero el Valladolid recuperó el balón, aunque no el control del partido. Tanto que, tras un cabezazo de Alex Pérez al palo, Mateu sacó un contra desde el centro del campo, entró en el área y cruzó el balón para adelantar a los de Jagoba Arrasate.
El Valladolid tocó a rebato, presionó la portería visitante y le puso más corazón. De esta rabia coronaria vino el empate. Jose robó el balón a Dani Calvo, encaró a Aitor, le regateó y marcó. Zorrilla, entonces, fue una caldera. Con Villar en el campo tras otra bronca incomprensible a su entrada, los blanquivioletas buscaron un gol que les enganchaba, definitivamente, al tren de la promoción, ante un Numancia que ya sólo se defendía con la entrada de íñigo Pérez. Jordán disparó fuera por poco desde lejos, como Sergio Marcos, pero el que tuvo la ocasión definitiva fue Juan Villar. El onubense se hizo con el balón dentro del área y cruzó el esférico, que tocó en un contrario, y se fue rozando el palo. Fue la ocasión más clara, la que podía haber sido definitiva, pero que no entró.
De esta manera, el Real Valladolid recorta un punto a la zona de playoff, pero se queda con la pena de que no sean tres, y el Numancia consigue otro punto para certificar su salvación en busca de los 50 puntos que tienen los locales.