Gayà bate a un Espanyol ineficaz y premia a Voro
El Valencia jugó con el 4-4-2 que desplegará con Marcelino
Perseguía el Espanyol acabar en la octava plaza y despedirse con buen sabor de boca de Cornellà esta temporada, y más tratándose del Día de los Niños. Menos ambiciosos parecían los objetivos del Valencia, más allá de que, confirmado Marcelino como técnico para el próximo curso, tratasen de lucirse los jugadores.
Lo mostraba incluso el 4-4-2 que introdujo Voro, teóricamente el sistema del futuro entrenador. Y lo mostró también el resultado. Pero no el partido. Tuvo más ocasiones de peligro el Espanyol, que falló en su arma más letal con Quique: la eficacia. La que sí encontró el Valencia, que ganó con sólo tres disparos a puerta y un golazo de Gayà.
Se temía un encuentro descafeinado, por jugarse a la hora de la siesta (aunque, paradójicamente, también del café) y sobre todo por lo poco que había en juego. Sin embargo, y aun sin ser el mayor espectáculo del mundo, Espanyol y Valencia se empeñaron al menos en ofrecer un surtido de alternativas, como quien agasaja con galletitas a sus invitados en esa sobremesa de sábado.
El Espanyol fue el que más intentó degustarlas, con mayor dominio y devorando al Valencia por la banda izquierda, pero sin acierto. Ni siquiera en los córners, cuyos rechaces derivaban en ocasiones claras de gol.
Quien sí se zampó las galletitas, y los tres puntos, fue Gayà, que recibía un balón entre líneas de Parejo, controlaba de lujo y se internaba en el área para cruzar un tiro lejos del alcance de Diego López.
No se rindió el Espanyol, que lo intentó hasta el 93’ mediante Diego Reyes. Pero su eficacia se quedó con Piatti, ausente por la cláusula del miedo: en la grada.