“Hacia Kiko siempre tuve una predilección especial”
Vicente Vallés revive con AS lo que no olvidará del Calderón
Aquel día, el último del Calderón, cuando Vicente Vallés (Madrid, 1963) llegó al estadio lo primero que hizo fue mirar alrededor. Al fondo norte, allí donde tuvieron sus primeros asientos en el Calderón su padre y él. Después al fondo sur. Todo desde la tribuna de la grada de preferencia, un poco más abajo de las cabinas de prensa, su sitio los últimos diez años. “Y qué bien se veían los partidos desde ahí”. A su lado su padre, sus hijos y los nietos de su padre. “Cuatro generaciones Vallés, pura sangre rojiblanca”.
“Mi padre fue el primero. Y el gran mérito lo tiene él, que salió del Atleti rodeado de blanco, sin que su padre fuera muy aficionado al fútbol”. Vicente no conoció el Metropolitano. Todos sus recuerdos del Atleti tienen de fondo el Calderón. De los partidos, el inolvidable es de sus primeras veces, de aquel Atleti triunfal de los 70. “La semifinal ante el Celtic”, dice, con un buahhh añadido.
“Aquel equipo era... Luis, Gárate, Ufarte...”. Si tuviera que quedarse con un jugador, uno solo de todos los que vio en el Calderón, “cuesta” pero sale:
Luis. “Cuando yo era pequeño, el ídolo de los niños era Gárate, y yo lo admiraba, pero Luis... Luis era especial”. De corrido llegan otros nombres. “Schuster, Dirceu, Alemao, Kiko, ay Kiko”. Por Kiko siempre tuvo “una predilección especial”.
“Recuerdo que, cuando jugaba en el Cádiz, a mí ya me encantaba y temía que se lo llevaran el Madrid o el Barça. Cuando llegó al Atleti eran años difíciles pero yo le dije a mi padre: ‘Es posible que el Atleti no esté jugando bien pero sólo por ver jugar a Kiko merece la pena seguir viniendo al Calderón”.
Por eso, otro de los recuerdos que se lleva el estadio es aquella tarde de mayo, ante el Albacete, cuando el Atleti ganó el doblete, “y ver a Kiko celebrando, subido a aquel larguero”. Entonces su asiento aún estaba en el fondo sur y ocurrió a sus pies. Y también aquel gol en un Atleti-Salamanca poco antes. 0-0. 0-0 insoportable. Y su padre que se levanta. “No aguanto más”, le dijo a Vicente.
“Y se iba caminando por las escaleras cuando veo a Kiko marcar... Busqué a mi padre, que seguía en las escaleras y empezó a abrazarse con todo el mundo”, aunque fueran desconocidos. “Echaremos de menos al estadio”, suspira Vicente, con la voz llena de emoción, pero mira adelante con ganas. “Es como cambiar de casa. Atrás queda media vida, pero ahí está el futuro y el Wanda Metropolitano puede ser un impulso definitivo para este equipo”. Palabra pura rojiblanca.
“El nuevo estadio puede ser un impulso definitivo para el Atleti”