Raña: “Se debería vivir sin que importe el qué dirán”
Aspira a ser el primer español en ganar el Ironman de Kona
Alos 38 años, Iván Raña es una persona inquieta y peculiar. Pionero del triatlón, deporte en el que se proclamó campeón del mundo en 2002 (y de Europa en 2002 y 2003), también compite en rallys y ha probado suerte en el ciclismo. Corrió una temporada en el Xacobeo, en 2009: “El ser humano disfruta de distintas habilidades. A mí me gusta probar, no depender del qué dirán los demás. Debes intentar vivir con naturalidad y no dejarte llevar por las presiones externas”. De sábado a domingo (arranca hoy las 19:00 y dura alrededor de ocho horas), disputa el Ironman de Kona (Hawái), el Mundial oficioso de larga distancia: 3,86 kilómetros de natación, 180,2 km de ciclismo y 42,195 km a pie (una maratón). Raña se encuentra “en buena forma” y se considera “uno de los favoritos al triunfo”: “Tengo la experiencia de cuatro ediciones. Sé qué hacer, y sé dónde se va a decidir la carrera. Pienso que puedo medirme con Jan Frodeno (ganador en 2015 y 2016). Con mi edad, no me engaño sobre mis opciones: creo que estaré arriba”. El gallego se ve como un deportista completo desde que era pequeño: “Practicaba ciclismo, atletismo, natación, piragüismo…
Preparado “Me noto en forma y sé que puedo superar a Frodeno”
Sin embargo, suspendí en Gimnasia en 1º de BUP por una coreografía mal ejecutada, mientras otros se hinchaban con las palmeritas de chocolate. Algo falla en el sistema si funciona con esa hipocresía”.
Con la misma espontaneidad habla para AS sobre su experiencia en el Xacobeo, los problemas con el dopaje en el equipo o su afición por entrenarse descalzo: “Casi no entro en el Xacobeo por los contratos del triatlón, que costó liberar, y que a Álvaro Pino no le apetecía mucho contar conmigo. Al acabar una campaña de altibajos por las lesiones no me renovó. Después llegaron los positivos de David García y Ezequiel Mosquera. Aunque no te esperas estas cosas, me he posicionado siempre en contra de los atajos y el dopaje”. Respecto a correr sin zapatillas, tira de humor: “Supone una sensación muy guapa. Se fortalecen los pies y contactas directamente y en libertad con la hierba o el asfalto, pero a veces marea la contaminación que absorbes”.
En Kona competirá calzado: “Sí, porque si no me destrozaría los pies en la maratón. Pero una vez me produje una rotura de fibras al cambiar mi preparación de rodar descalzo a ponerme unas zapatillas”. Junto a él tomarán la salida otros dos españoles: Eneko Llanos, segundo en 2008 (el mejor puesto nacional en este Ironman), y Gurutze Frades. Carlos López, clasificado para la cita, no participará: un coche le atropelló mientras se entrenaba, y sufrió distintos esguinces, fracturas y erosiones. “La clave residirá en el control de la mente y del dolor. Y claro que se puede batir a Frodeno”, concluye Raña.
Descalzo “Me gusta, supone una sensación muy guapa correr libre”