La última bala en Oviedo

Última oportunidad. No va más. O se gana en Oviedo o alguien en el club deberá empezar a planificar en Segunda la próxima temporada. La eterna canción de que queda mucho y de que hay tiempo ya aburre porque los números no mienten. Las dos últimas derrotas ante Nástic y Sporting han sido letales en el momento de la verdad. Sergio ha llegado para jugar una Liga de ocho jornadas y tras fallar en la primera no tiene margen de error. Se espera, por tanto, una reacción inmediata del equipo esta noche en el Tartiere. Un estadio en el que no hace tanto, con Portugal en el banquillo, ganó el Valladolid con autoridad. Algo así sería lo único que sirviera para levantar el deprimido estado de ánimo de la afición blanquivioleta. Pero a pesar de todo y del negativo horario serán cuatrocientos los aficionados pucelanos que estarán esta noche en tierras asturianas. Y lo harán porque mantienen la esperanza. Todo mi reconocimiento para ellos y que tomen nota los futbolistas a la hora de afrontar el partido.

El partido de Oviedo es el último clavo ardiendo al que agarrarse. Y por muy pocas esperanzas que tengamos hay que hacerlo sin dudar. Si a eso de las once de la noche las cosas han salido mal pues carpetazo y a otra cosa, aunque será duro asimilar que un proyecto más vuelve a irse al traste. Pero quedan opciones, pocas, y Sergio ha llegado para apurarlas al máximo. Espero esta noche a un Valladolid que salga a darlo todo, a jugar de cara el partido, a ganar. Mejor caer con dignidad que de manera rácana como en Tarragona. A por todas y que pase lo que tenga que pasar.