Mal césped, pero un buen equipo
Dos jornadas y todo son elogios en la puesta de largo del Valladolid en Primera.
Un buen planteamiento defensivo en Girona y un partido muy serio y completo ante el Barcelona. Lejos de detenernos con el estado del césped es momento de que no quede oculto el buen juego del equipo y lo esperanzador que se puede presentar el horizonte deportivo. El Valladolid ha aterrizado casi de repente y por sorpresa en Primera con canteranos y debutantes y sin descomponer la figura. Ver el desparpajo de Calero, de Toni, de Anuar, de Plano… es para ser optimistas. Y tranquiliza la presencia de Sergio. Desde que llegó a Zorrilla no ha sido inferior a la hora de dirigir el partido a ninguno de los entrenadores rivales. Con él todos los jugadores han subido el nivel. Se ha convertido en el gran líder en el que confían todos porque aporta tranquilidad y seguridad.
Sería, por tanto, muy injusto no destacar lo que entiendo como verdaderamente importante, el juego del Valladolid, el crecimiento de este equipo. El césped estuvo horrible, fue un escándalo, pero ese es un asunto de intendencia que no puede preocuparnos más que la estrategia y los efectivos de la batalla. Gómez tiene hasta el viernes para apuntalar una plantilla humilde y con hambre que tendrá como objetivo la permanencia, es decir, la Champions del Valladolid.