Calma en un inicio gris
El Numancia se adapta a un nuevo entrenador y al equipo le cuesta entender los nuevos conceptos. Es importante tener paciencia.
Sistema.
López Garai apuesta por un 4-1-4-1 arriesgando con variante ofensiva, es decir, con el balón el equipo muda a un 3-5-2. Para ello la circulación de esférico debe ser muy rápida y los laterales hacer un ‘box-to-box’.
Salida de balón.
De momento, no hay nadie que pueda dar un movimiento rápido del balón para sorprender al rival. Escassi y Diamanká saben destruir, pero les cuesta más crear.
Bloque defensivo.
La apuesta del entrenador significa que los jugadores deben mentalizarse que la defensa debe ser muy intensa ya que hay que recuperar posición y cambiar el sistema, y si hay que hacer una falta en el córner se debe hacer. Todo por defender al equipo con un sistema arriesgado.
Larrea.
El joven jugador llegó hace un año, y renovó hace unos meses, para ser el centrocampista ofensivo y con salida de la pelota, pero ante el Cádiz no levantó la cabeza y abuso en exceso del pase horizontal y hacia atrás teniendo metros por delante y sin presión rival.
Desesperación.
Durante el encuentro, sobre todo en la segunda mitad, se pudo ver al míster gritando de forma desesperada a su centro del campo para que abriesen e hiciesen ancho el terreno de juego. La orden no llegó con claridad y no quedó plasmada por el equipo. El vídeo de esta semana debe aclarar conceptos importantes.
Carrileros.
Con el nuevo estilo de juego, jamás deben subir los dos laterales a la vez. Para esta posición se debe tener un portento físico y con carácter. Ha sido un verano de muchos cambios, de salidas y llegadas, pero la ilusión de volver a pelear el ascenso regresa intacta.
Salidas aéreas.
Desde un primer momento se sabía que esa posición se miraría más con lupa si cabe. Juan Carlos debería haber realizado un par de salidas por alto para coger moral y transmitir lo mismo a su defensa. Debe de hacerlo cuanto antes para quitar el foco de su posición y estar más seguro.
Calma esencial.
Tan sólo han pasado dos jornadas de Liga. Es pronto, excesivamente pronto y todo es mejorable. Quedan días de mejora, y de mercado para poder retocar en las zonas que se necesite. La euforia del final del año pasado debe calmarse para afrontar un curso en el que seguro se encontrarán con trampas diferentes.