Ese “crack” es un as
El término inglés ha sido incorporado al Diccionario, pero el idioma español tiene otras alternativas
La palabra “crack” abunda en el lenguaje deportivo para señalar a un “deportista de extraordinaria calidad”, según la definición académica. El Diccionario incluye el vocablo en cursiva y advierte de que se trata de una voz inglesa.
Alguien podría pensar que si es una voz inglesa qué demonios hace en el “Diccionario de la Lengua Española”, y la respuesta oficial en estos casos señala que el uso la ha consagrado como un término empleado en multitud de ocasiones por quienes hablan español.
¿Hay alguna alternativa a ese anglicismo? Por supuesto. Si alguien desea aprovechar la riqueza de nuestro idioma en vez de despreciarla, puede decir “eres un figura” (en vez de “eres un crack”), “hemos fichado a un astro” (en lugar de “hemos fichado a un crack”), “este jugador es un genio” (y no “este jugador es un crack”)… O la más adecuada en este periódico: “La
Liga ha perdido a un as” (desechando “la Liga ha perdido a un crack”). Y, por no hacerlo largo, referiremos opciones como “estrella”, “fuera de serie”, “superclase”…
A veces se habla del “crack” de la Bolsa, pero en tal caso la palabra más adecuada sería “crash”, en inglés una onomatopeya (es decir, la imitación de un sonido o de un ruido) que se usa para referirse a un desplome, en este caso metafórico; y de ahí que equivalga a significados como “estrépito”, “quiebra” o “choque”.
El famoso hundimiento de la Bolsa de Nueva
York en 1929 se llamó “el crash”, y así quedó fijado por antonomasia.
Quizás la confusión inicial que se ha producido entre “crack” y “crash” (ya lamentablemente extendida y consagrada en español) se debe a su cruce de la primera con la correspondiente onomatopeya castellana “crac” (escrita sin la ‘k’ final), que evoca “el sonido de algo que se quiebra”.
El término inglés “crack” que usamos aquí para aplicarlo a las figuras deportivas significa literalmente en aquel idioma “crujido” o “chasquido”, y también “grieta”. Y en efecto, un deportista de gran categoría suele producir grietas en sus rivales, al atravesar sus líneas defensivas con habilidad inverosímil. Y puede dejar crujido al equipo contrario.
Por tanto, en origen el “crash” evoca mayor estrépito que el “crack”, algo más fino y sigiloso.
Se puede usar “crack” en el lenguaje deportivo, desde luego. Pero en la riqueza del léxico reside el buen estilo periodístico. Y alternativas hay más que de sobra para evitar el anglicismo o al menos no abusar de él.
A veces se habla del “crack” de la Bolsa, pero en tal caso la palabra más adecuada sería “crash”