El Valencia entra en crisis por culpa de Bono
Hasta ocho paradas de foto hizo el guardameta marroquí
La realidad El Valencia sólo ha ganado un partido tras 11 jornadas
Pañuelos en Mestalla; los primeros de la era Marcelino. Ganó el Girona gracias a un gol de Pere Pons, pero sobre todo por la actuación de Bono. El marroquí hizo ocho paradas a cuál más espectacular y dejó en nada los méritos del Valencia, que los hizo como para no irse de vacío. Pero llueve sobre mojado por Mestalla, cuyo público, llegados a noviembre, aún no ha visto ganar a los suyos, que sabía que el Girona tenía a siete titulares en la enfermería y que no entendió los cambios de Marcelino. Una victoria en 11 jornadas, 11 puntos de 33 posibles. El Valencia está en crisis, aunque en el club no quieran verlo o llamarlo así.
Cierto es que el Valencia compitió, quiso, buscó ganar. Por activa y por pasiva. Al descanso se marcharon los de Marcelino sin saber muy bien cómo seguían 0-0. Pero entre Bono, el larguero y el VAR le privaron del gol. El Valencia veía contra el Girona cómo es la vida sin Parejo y ésta fue más vertical, veloz y diferente a balón parado. Del cambio de ritmo se encargó Guedes; de la estrategia, Wass, que de lateral mejora a Piccini y Vezo.
El Girona, con lo que tenía, vivió ofensivamente de un par de faltas al borde del área de Neto y de un error en el pase de Kondogbia, que acabó en el gol del triunfo catalán. Lo mejor del Girona era su salida de balón: limpia, con posesiones largas, lo que les oxigenaba del asedio che. Pero Eusebio tenía los goles en la enfermería y si se llevó los tres puntos fue por Bono. De fotografía sus dos paradas a Rodrigo, una de cabeza, la otra en un mano a mano; como solventes las que le hizo a Coquelin, Guedes o Mina.
Bono acabó desquiciando a Rodrigo; el partido en sí a Marcelino y el asturiano, con sus cambios, a Mestalla. Eusebio, cuyo equipo sigue sin perder a domicilio, le dio un repaso tácticamente a Marcelino a la hora de los cambios. Alcalá y Granell rearmaron al Girona, mientras que los inventos de Marcelino desdibujaron al Valencia, un equipo que acabó jugando casi con un 3-1-6 y con pañuelos en la grada. Es crisis.