Teñir Anoeta de verde
Anoeta ha cumplido 25 años en agosto y es un recinto que está cambiando de forma notable su fisonomía. Antes era un lugar frío, con la gente muy lejos del juego por culpa de la pista de atletismo... que realmente servía para poco. Además el exceso de cemento lo integraba mal en la ciudad. Aún así era un estadio moderno y relativamente cómodo, eso sí, difícil de llenar. El aspecto actual ha acercado la grada al césped y le ha dado una vuelta de tuerca a todas las instalaciones. El
Valladolid visita Anoeta cuatro años después de su última presencia; no es un estadio demasiado propicio, ya que los blanquivioletas han estado allí 13 veces y sólo han logrado un empate y una única victoria, en la 2003-04, en la que Óscar,
Makukula y Losada rompieron el maleficio; aún así ese año el Pucela de Vázquez descendió.
Este Real Valladolid tiene una buena opción ante la Real. Ha perdido el factor sorpresa que pudo aprovechar seguramente en
Villarreal o ante el Betis, pero sigue siendo peligroso si vuelve a ser fiel a su estilo inicial. En esta rácana cosecha de puntos actual (dos de 15), las sensaciones de juego no han sido malas, pero de eso no se vive. Se vive de morder y ser incómodo, en definitiva, de sumar allá donde se pueda. El entramado defensivo debe volver por sus fueros, desde
Unal hasta Masip. El centro del campo necesita recargar pilas;
Alcaraz y Míchel han bajado algo el voltaje y eso se nota en defensa y en ataque. Y luego está Verde... seguramente tiene defectos que hay que pulir, empezando por la anarquía en defensa, pero no olvidar su aportación en ataque. Goles son amores.. en verde.