El Depor se duerme ante un irreductible Numancia
Se puso 2-0 y cedió un empate en el segundo tiempo
El Deportivo dejó escapar una excelente oportunidad de colocarse líder provisional. La dejó porque demostró su superioridad desde el inicio y se puso 2-0 ante un Numancia que llevaba cinco partidos sin marcar fuera. Y esa confianza, unida a la fe y buen juego soriano, acabó pasando factura con una remontada de quilates de los de López Garai que sumaron un punto que sabe a victoria. El mérito visitante no es poco, porque es el segundo empate de los blanquiazules en un fortín de Riazor en el que habían recibido dos goles, tantos como ayer.
Nada hacía imaginar el desenlace final con un Depor que comenzó avasallando, entrando una y otra vez por la banda izquierda con un Saúl omnipresente. A los siete minutos Edu Expósito rozó el gol. A los nueve Juan Carlos sacó un perfecto remate de primeras de Quique, pero la jugada siguió y el meta no pudo hacer nada ante el misil que clavó en la escuadra Expósito. El tanto despertó al Numancia, recordándole que limitarse a esperar en Riazor es un suicido. Poco a poco los de López Garai comenzaron a activar a Dani Giménez. El Depor aceptó el papel de dominado y se dedicó a buscar una contra o un error visitante. Llegó lo segundo, y grueso. Diamanka cedió atrás y Borja Valle aceptó gustoso el regalo.
El inicio del segundo tiempo puso sobre la mesa el duelo entre maestro (Natxo) y alumno (López Garai) en el diseño de la estrategia. Falta frontal visitante y prolongación de Higinio a la cruceta. Susto para Riazor y aviso del Numancia de que el partido no estaba resuelto. Y no lo estaba, porque la insistencia soriana tuvo premio en el 59’ con un gol de Unai Medina tras un gran centro de Oyarzun. El sudor frío despertó al Depor, que rozó el tercero con Bóveda, Carles Gil y Borja Valle. No llegó la sentencia y esta vez la efectividad fue visitante. Otro exquisito centro de Oyarzun que aprovechó Diamanka para resarcirse de su error en el 2-0. De ahí al final, partido en el alambre, nervios y una clara lección: el que se duerme, lo paga.
Ocasión perdida Los coruñeses, sin liderato y fuera del ascenso directo