Sin premio en Reus
El punto logrado en Reus es una derrota psicológica por varias razones: Por encajar otro gol al final, por cometer errores infantiles, por un desorden sin motivo tras no jugar del todo mal. Lo bueno.
¿Por dónde empezar? Quizás por lo bueno. Dos nuevos jugadores en el once que cumplieron. Derik con una notable ausencia de ritmo que es corregible con las jornadas. Ganea aportando mucho en la primera mitad.
Grandes errores.
De los delanteros. Al menos les llegaron balones, pero tanto Guillermo como Jordi fallaron dos claras para haber dado la tranquilidad al equipo y sobre todo una victoria lejos de Soria que no se da desde abril del 2018.
Descuadre.
Vas por delante en el marcador, intentas jugar con la idea que pide el míster, acertada o no, se está viendo cada domingo, y en los últimos 20 minutos se olvida el toque y todo el equipo atrás.
Mal balance.
El equipo ha logrado tres puntos de los últimos 15 disputados. Termina la primera vuelta con 23, que de hacerlo igual en la segunda parte de la Liga da números de descenso.
Falta concentración.
Entrenan todos los días, se ensaya, pero no es suficiente. Encajar goles en el último minuto (o en los primeros) tanto de jugadas a balón parado, como en estrategia denota falta de concentración o poca previsión en el trabajo diario.
Sin salidas.
Me consta que hay, al menos, cuatro jugadores que no se quieren ir ahora y lo harán en junio aunque tienen ofertas. Todo ello, pese a los intentos del club por dar salidas para tener fichas libres.
¿Los fichajes?
Quedan días para que se cierre el mercado invernal, pero, como he dicho antes, para llegar primero debe haber salidas. Los directivos tendrán que ceder mucho para dar salidas y ceder más para que quieran venir.
La afición.
La paciencia de los hinchas, a quien se debe escuchar más, es como el agua en un vaso que está a punto de desbordarse. Apoyarán a su equipo, seguro, pero hay cansancio y hartazgo.
Tensión.
Tras la derrota ante el Oviedo, a las nueve y media de la noche, estuvieron reunidos Moisés Israel, Eduardo Rubio y César Palacios, todos con caras de circunstancia. Esta semana, de nuevo, no es nada agradable para los directivos.
¿Celebración?.
Se han preparado distintos actos para el próximo partido en casa por los 20 años que cumplen Los Pajaritos. La plantilla que inauguró el campo y que logró ascender a Primera estará presente. Ojo no quede todo enturbiado.
La última.
Desde el desconocimiento ¿para qué sirve ser el equipo que más toca entre los defensas? Igual estoy equivocado, pero la esencia del fútbol, y lo que da puntos, son los goles y no las pseudoteorías postguardiolistas.