AS (Valladolid)

Miguel Morro

- MAITE MARTÍN LA ENTREVISTA

¿Cómo están siendo los días posteriore­s al debut?

—El fin de semana estaba en una nube, pero empieza una semana nueva y uno se centra en trabajar y darlo todo.

—¿Se ha guardado recortes, fotos, vídeos…?

—Te hace ilusión verte, pero hay que tener los pies en la tierra. Guardo mi camiseta, que la enmarcaré, y el balón firmado. Me pusieron muchas dedicatori­as de ‘Vamos Miguelón’ y cosas así. No se pasaron (risas).

—Empecemos por el principio, ¿siempre ha sido portero?

—Comencé en el Avance, al lado de mi casa, en Alcalá. A veces me ponía de portero y otras, de jugador. Eso sí, en los partidos difíciles estaba bajo palos porque me lo pedían los padres.

—¿Su ídolo?

—Casillas. Cuando ganó el Mundial fue un boom...

—Pasó por las categorías inferiores del Real Madrid.

—Me vieron en Alcalá y me emplazaron a unas pruebas. Me dijo mi padre: ‘Miguel, hagas lo que hagas, tú grita, que se te oiga’. Sólo hice una prueba y empecé a ir a torneos, entrar en convocator­ias…

—¿Marca estar allí?

—Sí. El primer año lo recuerdo bonito, pero el segundo no tanto porque no jugué lo suficiente. Eso te ayuda a formarte.

—¿Veían a los jugadores del primer equipo?

—El campo de entrenamie­nto de porteros estaba un poco apartado, por la zona del primer equipo. Era la época de Mourinho y alguna vez nos saludaba,

Miguel Ángel Morro (Alcalá, 11-9-00) debutó con el Rayo el viernes ante el

Tenerife. Míchel se fijó en él y

Paco le ha dado la alternativ­a bajo palos.

también los veíamos cuando pasaban con el coche.

—¿Cómo llegó al Rayo?

—Este es mi tercer año con el Rayo, llegué al Juvenil C con Toni Paredes. Me costó entrar en la dinámica, pero terminé muy bien. Eso hizo que Míchel se fijara en mí. Recibí una llamada de Juanma (Barroso) para avisarme de que hacía la pretempora­da con el primer equipo. Me pilló por sorpresa.

—¿Cómo es entrenar con Alberto y Dimitrievs­ki?

—¡Genial! El día a día con ellos es espectacul­ar. Dimi me da consejos, me dice que mire el blocaje, las salidas por arriba… Y Alberto es mi padre en el vestuario. Tiene una relación magnífica conmigo y con mi familia. —Usted dijo que el capitán cuida mucho a los canteranos.

—Tiene un feeling especial. A todo portero que sube le regala guantes. Y a Martín es uno de los que más le ha ayudado.

—Este año han dado el salto dos canteranos.

—Cuando entré veía el primer equipo súper lejos. Una vez que rompes la barrera, te das cuenta de que el esfuerzo merece la pena. La gente se queda con el debut, pero yo recuerdo todos los días que viajé con el primer equipo y no jugué, las lesiones, los entrenamie­ntos en días de lluvia…

—Paco dijo que Martín y usted son el futuro.

—Ojalá ambos triunfemos en Vallecas el día de mañana.

—Martín tuvo un debut difícil.

—Es un gran amigo, mi compañero de habitación. Ha vivido una situación que, de tocarme a mí, no hubiera llevado como él. Cuando nos dieron la lista del Tenerife me dijo: ‘Si salgo, tú tranquilo, dame los balones a mí’. Tiene mucha confianza y es maduro. Sabe que estamos con él, tiene unas condicione­s espectacul­ares y estoy segurísimo de que va a llegar lejos.

—¿Cómo fue la semana del estreno?

—El miércoles me dijo Alberto que no iba a llegar, llamé a mis padres. Tenía mariposas en el estómago. La más nerviosa era mi madre y a Vallecas fueron unos quince familiares, estuve bien arropado. Fue medio Alcalá (risas).

Ese mismo día se me hizo larguísimo. No puedes dormir mucha siesta y estuve viendo series.

—¿Y al saltar a Vallecas?

—Cuando dijeron mi nombre por megafonía se me pusieron los pelos de punta. Los primeros minutos lo veía como una película. Nunca había jugado en un estadio tan grande, ante tanta gente. Se nota cómo aprieta la grada. Ojalá Vallecas vuelva a ser lo que era.

—¿Algún rayista en casa?

—Mi abuela, ya fallecida, se crió en Vallecas y siempre hablábamos del barrio en las comidas familiares.

—¿Cómo es su día a día?

—Estuve medio año sin estudiar, pero lo he retomado otra vez. Hago un grado superior de deporte por las tardes. Los estudios son importante­s, nunca sabes cómo vas a acabar.

—¿Dónde ve al Rayo a final de temporada?

—Veo un equipazo, para ascender. Nuestra idea es acabar en lo alto de la clasificac­ión en el parón de Navidad.

Porteros “Dimi me aconseja y Alberto es mi padre en el vestuario”

Canteranos “Ojalá Martín y yo triunfemos en Vallecas en el futuro”

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