Un fichaje de 31 millones
La inversión preventiva se completa con la compra de Matheus Pereira
En uno de los cierres de mercado más rocambolescos que se recuerdan, el Barça anunció ayer dos fichajes el último día de plazo que, paradójicamente, no vestirán de azulgrana hasta el 1 de julio. Por la mañana, el club hizo oficial el fichaje de Francisco Trincão, 20 años recién cumplidos, procedente del Sporting de Braga. Uno de los miles que llevan colgada la etiqueta de sucesor de Cristiano Ronaldo y por el que el Barça, club con tradición de incorporación de extremos portugueses (Figo, Simao, Quaresma), pagará 31 millones de euros. Trincão, que firmó hasta 2025 pero no se incorporará hasta el 1 de julio, tendrá una cláusula de rescisión de 500 millones de euros. Aunque se vendieron como dos operaciones independientes, su fichaje coincidió con la marcha de Abel Ruiz al Sporting de Braga, que en julio pagará ocho millones de euros. Podría decirse que el negocio queda cerrado con 23 millones de euros líquidos en las arcas del club portugués. Los informes que el Barça maneja de Trincão son excelentes. También las referencias externas, pero el Barça son palabras mayores y habrá que ver la respuesta de un futbolista que ni siquiera ha debutado con la selección portuguesa absoluta.
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La inversión preventiva del Barça se completó con el fichaje de Matheus Fernandes Siqueira. Este se anunció por la tarde. El Barça pagará siete millones de euros más tres en variables por un mediocentro que ha pasado desapercibido en su club de origen, el Palmeiras. Matheus no ha jugado ni un minuto en la última Copa Libertadores (en seis partidos ni estuvo en la lista de convocados) y sólo sumó 537 minutos en 38 partidos del campeonato brasileño. Por más que el Barça le haya puesto una cláusula de 300 millones de euros, su fichaje es una sorpresa mayúscula que señala de nuevo a André Cury, el hombre que mueve los hilos del Barça en Brasil y que ha estado detrás de fichajes tan cuestionados como el de Douglas, que dejó marcado a Zubizarreta, o el mismo de Arthur, que pareció un gran negocio pero que empieza a dejar serias dudas. Cury domina con maestría los tiempos en Brasil y va goteando fichajes. A lo lejos, se observa un Barça en plena crisis de identidad.
El mercado de invierno se cierra con un balance extrañísimo para el Barça. Pese a dar tres bajas (Todibo y Aleñá han salido cedidos a Schalke y Betis, respectivamente, y Carles Pérez se ha marchado a la Roma), no ha habido ninguna incorporación pese a la lesión de Suárez y las dudas razonables que despierta Dembélé. Setién tendrá que conformarse con una plantilla de 17-18 jugadores para lo que resta de temporada. El mismo técnico ha admitido que están expuestos a que suceda un accidente. Si cae un delantero, todos mirarán a este mercado tirado.