La final de UEFA contra la Juve, la espina que tenía clavada
San Mamés (el nuevo; no el antiguo campo) elevó un precioso homenaje a Koldo Aguirre, uno de aquellos Once Aldeanos que lograron una de las hazañas más emblemáticas del fútbol español; ganar en la campaña 1957-58 en el Bernabéu la final de Copa al Madrid de Di Stéfano, campeón de Liga y de Europa. Su triste adiós el verano pasado dejó un profundo vacío en la familia del Athletic, esa orfandad a la que quedas abocado cuando se despide una persona de leyenda. Eterno extremo, rozó la inmortalidad como entrenador con un subcampeonato europeo en 1977 ante la Juventus de Trapatoni, Zoff, Gentile, Scirea, Causio, Tardelli y Bettega, el verdugo en La Catedral.
Radio Bilbao realizó un programa especial con su familia, amigos y simpatizantes, una hora y media de sentimiento a flor de piel, con su esposa María Jesús Larrando emocionada y sus hijas Susana y Begoña conteniendo las lágrimas. No faltó prácticamente nadie. No pudo acudir Ángel María Villar por un problema con los vuelos. Pero ahí estaban los presidentes que le conocieron, compañeros que compartieron vestuario y ambiciones, y jugadores que estuvieron a su cargo. Un total de 400 personas que abarrotaron una de las salas de la zona VIP del estadio. En dos días habían volado las entradas. “Tenía muchos amigos, le gustaba cantar, comer, conversar... era muy sociable. Estoy feliz por ver toda la cantidad de gente que le quería”, se conmovía la viuda del mito, María Jesús.
Koldo llegó de niño a Lezama, procedente del Getxo. Y fue escalando hasta ser capitán del Athletic. Y entrenador. No tocó pelo (tercero en Liga y segundo en Copa y UEFA), pero dejó profunda huella en todos los que le conocieron. “Tenía la frase perfecta a la hora de analizar un partido”, arrancó el presidente actual, Elizegi. Fue con Lertxundi al frente del club cuando fichó como técnico. “La idea fue de Txutxi Aranguren, a Koldo le llamaba el Matt Busby del Athletic, por aquel mítico entrenador del Manchester United que tenía mucha capacidad de análisis y ojo clínico”. Koldo debutó con la Selección a los 22 años. Del Sol, Di Stéfano, Luis Suárez y Gento le esperaban. Casi nada.
Ana Urquijo tuvo que ganarse el afecto del gran león: “Me facilitó la entrada en un mundo tan masculino”. Elizegi, a su lado, concluyó con una frase lapidaria: “Koldo Aguirre es eterno, es parte de esta leyenda”.
■ La parte deportiva del acto fue aún más sentimental que la institucional. Clemente, por ejemplo, llegó al Athletic con 16 años. Coleccionaba cromos y uno de los que más apreciaba era el de Koldo. “Subí al primer equipo con Piru y él se fue poco después al Sabadell. Era muy bueno técnicamente. Andaba mucho, pero no era de choque, era un pelotero”. Iribar también se pone serio cuando habla de su amigo. “En la final contra la Juve en 1977 nos faltó un poquitín para el éxito total. Ellos tenían nueve internacionales. Aquella temporada fue inolvidable”. Irureta siempre aplica enorme cariño a sus excompañeros: “Era muy elegante, como entrenador veía muy bien el fútbol”. El propio Iturralde González, actual comentarista en Carrusel, lanzó con su gracejo: “A Koldo nunca le echaron, ni de jugador ni de entrenador; si jugara hoy no le expulsaba ni Mateu”. Dani declaró ser su admirador y Sarabia admite que le estará “eternamente agradecido” porque “fue fundamental” en su vida.
Iribar
“En aquellos años es cuando más he disfrutado del fútbol”