En Liverpool temen una expansión del COVID-19
La ciudad conoció ayer diez casos y culpa al Atlético
El condado de Merseyside amaneció ayer con diez casos de coronavirus, seis de ellos en la ciudad de Liverpool, y en Inglaterra ya señalan a la afición del Atlético de Madrid como la principal responsable de este primer repunte, a la vez que temen que el número se dispare tras su visita para el partido del miércoles. En total, fueron unos 3.000 seguidores rojiblancos quienes se desplazaron hasta Inglaterra para acompañar a su equipo rumbo a los cuartos y el duelo se disputó con público y total normalidad, igual que las horas previas.
Sin embargo, el Gobierno de España había recomendado que no viajaran o, al menos, tomaran las precauciones necesarias. Ahora, John Ashton, antiguo responsable de salud pública de Liverpool, ha acusado, en declaraciones a la BBC, a la afición rojiblanca del brote: “Miras a Madrid, donde están jugándose los partidos a puerta cerrada, y luego tienen a 3.000 seguidores quedándose por las noches en Liverpool y bebiendo en los bares”.
“Los casos van a aumentar. Una proporción de ellos dará positivo en coronavirus y ahora tendremos personas infectadas en Liverpool debido a eso. Es obligación del gobierno controlarlo y dejar de tratar al público como niños. Ellos serán los que tendrán que lidiar con todo esto”, afirmó, enfadado, después de que no se tomaran las medidas necesarias para garantizar la seguridad
Crítica “Tienes a 3.000 seguidores de Madrid bebiendo en los bares”
ciudadana. Los hinchas desplazados manifestaron que no pasaron ningún tipo de control, más allá de carteles con recomendaciones entre el lunes y el miércoles. Además de la opinión de John Ashton, varios columnistas y las redes sociales clamaron en los comentarios a una publicación del Liverpool Echo, en la que se veía a los aficionados atléticos caminar hacia Anfield. “Es una broma” o “es difícil de creer” eran algunas de las frases más repetidas. También se hace énfasis en que en España estuviera presente la regulación de partidos a puerta cerrada (ahora, ya suspendidos) y que, pese a todo, les permitiesen viajar.