El gobierno ya valora el impacto de una suspensión olímpica
La posibilidad de un aplazamiento o una suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio (del 24 de julio al 9 de agosto) se sigue negando oficialmente desde Japón y también por parte del Comité Olímpico Internacional (COI), aunque la posibilidad sobrevuela cada vez más bajo. La postura conjunta es que aún "no se considera" trastocar las fechas previstas y el "compromiso es ofrecer unos Juegos Olímpicos seguros en julio", como aseguró el presidente del COI, Thomas Bach. Sin embargo, las valoraciones a título personal de varios miembros del propio COI siembran la duda.
A la situación mundial que se vive, ya calificada como "pandemia" por la OMS, se une la presión internacional, que ayer se ejemplificó en las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que, en su opinión, habría que aplazar la cita un año. "Si hay que posponer los Juegos, hay que hacerlo ya, el tiempo se está agotando", comentó el pasado miércoles Haruyuki Takahashi, miembro del Comité Organizador, que
En Japón
fue tomado como, al menos, el ejemplo de que las medidas más radicales están sobre la mesa. Sobre todo, la del aplazamiento "dos años, porque hay espacio suficiente entre otros eventos internacionales".
Decisión. Juan Antonio Samaranch, vicepresidente del COI, dejó claro que los Juegos se van a celebrar "sí o sí", pero el mandatario español es consciente de que el panorama actual puede deparar cualquier cosa. Una es lo que las autoridades deportivas tengan previsto y otra, "que las autoridades pertinentes internacionales y locales dijeran antes de los Juegos que no es seguro