“Tamudo es listo. Sabe entrar y salir y juega entre líneas”
Aquella Selección de Luis Aragonés atravesaba por su momento más delicado. Habían pasado trece meses y las críticas mayoritarias contra el seleccionador por haber dejado fuera del equipo al capitán Raúl González no se habían calmado. Tampoco ayudaba el juego ni lo sucedido en el último encuentro, en Oviedo, ante Letonia (2-0), en el que Luis, dolido por los comentarios, no había querido hablar con los medios de comunicación tras el partido.
En ese ambiente, enrarecido aún más por unas palabras del técnico sobre Raúl en los días precedentes (ver apoyo), España se jugaba gran parte de sus posibilidades de clasificación para la Eurocopa 2008 en Aarhus, la segunda ciudad de Dinamarca. El Parken Stadion de Copenhague estaba clausurado.
Era un partido que se tenía que ganar para por lo menos asegurarse la segunda plaza del grupo. Un empate tampoco era malo. Perder le podría haber costado el puesto a Luis, tal y como estaba la temperatura de las tensiones. Faltaba Villa, lesionado. Uno de sus fijos. En el entrenamiento de vísperas en el estadio, noche fría, Fernando Torres, entonces en el Liverpool, da la señal de alarma. El doctor Jenaro Borrás pone mala cara. El jugador fuerza un poco más. No es el frío, está lesionado. Pequeña rotura en el abductor de la pierna derecha. Baja mínima para 10 días.
Luis no se deja las venas largas. “Juega Tamudo. Es listo
Luis