Boxeo en el jardín
Eddie Hearn reveló sus planes para Matchroom: pretende hacer cuatro eventos en el patio de su sede de Inglaterra
El boxeo todavía está valorando las opciones para poder regresar. Mientras la UFC realizó anoche su tercer show en siete días, el noble arte aún no tiene fechas definidas. Top Rank apunta a las primeras semanas de junio, pero el resto de empresas guardaban silencio. Eddie Hearn concedió ayer una entrevista al Daily Mail en la que reveló su idea para Matchroom. Sin duda rompe lo preconcebido y, como La Isla de la Lucha de la UFC, es innovadora.
Hearn quiere hacer eventos en el jardín de la sede de su empresa en Inglaterra, en Essex (a unos 60 kilómetros de Londres). De momento el plan se está gestando, ya que el promotor británico se encuentra en conversaciones con las autoridades, pero tiene claro que es la mejor opción. “Queremos crear un entorno de gladiadores que nos garantice una visualización conveniente y que los boxeadores puedan tener un desempeño de alto nivel.
Siento que todo el mundo parece más cómodo montándolo en un entorno exterior. Hacer un deporte de contacto en un estudio o gimnasio cerrado con todos sudando no es bueno. Esto es más limpio, seguro y se verá de manera increíble con drones volando sobre las instalaciones”, apuntó.
Los plazos que maneja se van al verano. El plan se iniciaría a mediados de julio con el duelo entre Terri Harper y Natasha Jonas por el Mundial CMB del superpluma y finalizaría en la primera semana de agosto con el enfrentamiento entre Dillian Whyte y Alexander Povetkin por el Mundial CMB Interino del peso pesado. Serían cuatro sábados consecutivos de boxeo en los que habría cinco combates por velada para intentar limitar el número de personas en el recinto.
Todos los implicados en el show llegarían el martes a un hotel cercano y se les realizaría un test para descubrir si están infectados o no con coronavirus. El miércoles sabrían el resultado y arrancarían la semana normal de pelea en caso de que fuesen negativo. La inversión de la promotora rondaría el millón de libras (1,18 millones de euros). Ahora mismo, Hearn estudia cómo reducir el número de gente. Limitaría cada esquina a tres auxiliares e intentará hacer una producción con el número más reducido posible. Así, cree que podría llevar a cabo cada evento con unas 80-90 personas como máximo.