El debate continúa
La Real también protesta el penalti a Vinicius y el gol de Benzema ● Partidazo del brasileño ● Sergio Ramos se lesionó
Liga le fuera en esto. Son habituales estas pausas minimalistas del Madrid. Incluso en tardes de provecho como ante Eibar y Valencia. Así que la cosa fue derivando en tostón, en idas y venidas sin remate y sin más agitación que la de Vinicius por su banda, ese torbellino sin temple que se saltó los límites de velocidad del partido. Tuvo momentos supersónicos y un remate potente y sin colocación al filo del descanso que rechazó Remiro. La impresión siempre fue que por él iba a el Madrid a hincarle el diente al partido.
Benzema se quedó en la faceta de compositor, pero aquí y ahora está para todo. El Madrid fue lo que dice la tabla: un grupo solvente atrás, con Carvajal a la cabeza de la manifestación, y sin encanto delante. Antes del descanso lo intentó de lejos, como si los goles fueran a caerle vía satélite. En el grupo de afectados por el confinamiento ha caído Valverde, una fuente de energía en crisis.
Tampoco la Real tuvo hechos
IFAB), modificó el registro. Cambió el vigilante Vinicius (de Gorosabel a Elustondo) y tiró de un futbolista con desborde, Januzaj, por un Oyarzabal desaparecido.
Eso metió al Madrid, consternado por la baja de Ramos, muy atrás. Y entonces llegó el lío. Un tiro lejano de Januzaj pasó cerca (o no tan cerca) de Merino y entró. Estrada apreció una presunta influencia del navarro. Sólo lo vieron su asistente y Munuera. Un gol de ley que arruinaron a medias los árbitros del directo y del diferido. Y casi de inmediato, el 0-2, en media vuelta habilidosa de Karim Benzema tras control con el hombro y desmayo insospechado de Merino. Aquí acertó Estrada pese a las protestas, pero la herida ya estaba abierta. Después recortó Merino, de izquierdazo brutal con un Madrid acobardado sin su capitán. Ahora LaLiga está en su mano, que tampoco es demasiado firme.