Un momento crucial de la historia blanca
Les parecerá una perogrullada, pero fuera de nuestras fronteras la gente es del equipo que gana. O de un jugador en concreto, un Cristiano o un Messi, un Pogba o un Mbappé. Pero en cuanto a filiación a unos colores no hay contaminación localista alguna, nadie entiende de si Sevilla o Betis, de lo que pueda separar el Manzanares en Madrid o Cornellà en la Ciudad Condal. Si me apuran, tampoco se ve con los mismos ojos de confrontación la dualidad entre Madrid y Barça de la que aquí tanto disfrutamos. Simplemente, se les admira a partes iguales.. En todo caso, la gente se inclinará, es lógico, por el que más gane... Y el Madrid lleva un lustro surfeando en la cresta de la ola. Lo deben notar, a buen seguro, las finanzas de la entidad, si es que en ellas repercute la compra de camisetas o los índices de audiencia de la televisión.
Pero el caso del Madrid es distinto. Tiene un plus que se ganó a pulso en los años 50 con los Di Stéfano, Gento, Puskas y compañía. Cinco Copas de Europa seguidas y el inicio de una leyenda. Casi nada. Ha pesado tanto a lo largo de los años que el Madrid ha podido permitirse estar largas épocas sin ganar y seguir encabezando (o casi) estos ránkings de club más valioso que suelen salpicar la actualidad. Y el caso es que ahora ha vuelto a ganar. Y que suena Mbappé y un nuevo estadio que ojalá aumente los ingresos como se espera... Ilusiona. Huele a momento crucial.