Puede ser el jugador bisagra si la apuesta es la defensa de tres
por sorpresa de Lenglet para dar cabida al dubitativo Umtiti) que no funcionó ante Granada e Ibiza y se estrelló en Valencia. Visto el fracaso, y por recomendación de los jugadores, el cántabro lo guardó en el cajón, pero prometió que lo volvería a intentar. Y lo hizo, con matices, después del confinamiento. Ante el Valladolid, Sergi
Roberto jugó como central en un sistema 3-4-1-2 y, a ratos funcionó. Antes, ya había amagado ese matiz con la posición de Rakitic contra el Atlético.
Sergi Roberto es el jugador bisagra que permitiría que el Barça jugase con tres atrás ante el Nápoles para liberar a Semedo y Alba en las bandas. Si no quiere arriesgar ni experimentar más de lo debido, Setién jugará con cuatro en defensa y un centro del campo en el que De Jong, Rakitic y el mismo Sergi Roberto serán los elegidos por delante de Riqui Puig.
Quedaría saber en ese boceto cómo se organiza la delantera. Si Griezmann está al cien por cien, Setién tendrá la posibilidad de insistir en ese esquema que tan feliz resultado le dio en Villarreal, con
Messi en la mediapunta, intercambiando posición y espacios con Griezmann, y Suárez arriba. Eso, si el uruguayo está a tope. Ayer hizo trabajo de recuperación.
Si no juega el Principito y está obligado a tirar de Ansu, el Barça se pararía con un 4-33 más convencional en el que Messi partiría de falso extremo derecho y Ansu sí sería extremo puro en la izquierda. Setién tiene todo el tiempo del mundo para decidir, pero no se puede equivocar.
S. Roberto