Enric Mas sufrió un accidente sin efectos graves
credenciales, que cruzó la meta en segunda posición, a 55 segundos. Estuvo bravo el ciclista de Mota del Cuervo, pero nunca pudo contrarrestar la fortaleza del kazajo del Astana.
En la fuga también viajaba Greg van Avermaet, un viejo lobo de
35 años, campeón olímpico en 2016 y del UCI WorldTour en 2017, y ganador de clásicas variopintas, como la París-Roubaix, que ayer se vistió el maillot amarillo virtual durante gran parte de la carrera. Acabó tercero, a 2:15 del triunfador. El grupo tenía galones, como suele ocurrir en las etapas del Tour. Aquí corren los mejores ciclistas del mundo, normalmente en su mejor momento de pedalada. Por eso decepciona tanto cuando no hay batalla.
En el pelotón de los gallos, el Ineos tomó las riendas de la carrera por primera vez en este Tour, a excepción de los abanicos intentados en la soporífera jornada precedente, tarde y mal. Todavía no sabemos muy bien para qué, más allá de para reducir la ventaja de los fugados a la mitad. Antes que el Ineos había liderado el grupo el Mitchelton, como obligaba el amarillo de Adam Yates, y a ocho kilómetros de la cima volvió a recuperar la cabeza el equipo australiano, sin que hubiera cambiado mucho el panorama. Sólo se movió Fabio Aru, para sí mismo y para una futura tentativa de Tadej Pogacar, pero nadie recogió el guante… Y otra vez llegaron todos juntitos, encabezados por Julian Alaphilippe, que arañó un segundo intrascendente. El terreno, con treinta kilómetros de subida encadenados en tres puertos, ofrecía más posibilidades.
Sustos. Los mayores sustos para los capos vinieron por incidentes ajenos a la competitividad. Enric Mas se cayó en el descenso del primer puerto de tercera, y Pogacar sufrió una avería a siete kilómetros de la cumbre. Sin consecuencias para ambos en la clasificación general. La cosa no dio para más. Y van seis días. Alguien debería recordar que aunque se vea poco público en las cunetas, debido a la pandemia, detrás del televisor hay bastante más. Habrá que esperar a los Pirineos. Con suerte.
Caída