Segundo acto
El belga afronta un curso en el que sabe que ha de mejorar ● Sigue un tratamiento de prevención y protección del tobillo dañado
Después de un estreno decepcionante como madridista, Eden se prepara esta semana con Bélgica para poder demostrar en el Madrid su nivel. “La primera temporada es mala, seré juzgado en la segunda”, dijo hace meses en su país. Sin dolor en el tobillo, ha llegado su hora.
Parece como si en su viaje de Inglaterra a España en 2019 Eden Hazard (29) hubiera pasado por debajo de cinco escaleras o se le hubieran cruzado siete gatos negros. Desde entonces su sueño de niñez, jugar en el Real Madrid, se fue convirtiendo en una historia para no dormir. Su primer curso de blanco ha tenido más preocupaciones que alegrías, lo que él mismo reconoció. “Mi primera temporada es mala, aunque no todo ha sido negativo. Seré juzgado en la segunda”, dijo en una entrevista en RTBF en pleno confinamiento, aún en marzo, como anticipando que el regreso del fútbol no traería consigo el de su mejor nivel. “Depende de mí estar en buena forma el próximo año”, añadió.
Y en esas anda ahora, cuidándose del tocado tobillo derecho y pasando página. El parón por el coronavirus le sirvió para ganar tiempo y le permitió subirse al tren del título de Liga (el de la Supercopa de España, en enero, lo vio por televisión por estar lesionado), del que se tuvo que ir bajando en varias estaciones por precaución.
Hazard reapareció como titular ante el Eibar, pero la posterior acumulación de minutos y patadas frenó su progresión. Sumó entre junio y julio 338 minutos, participando sólo en 6 de las 11 jornadas finales, y en el global del torneo recibió 50 faltas en 1.086 minutos. La cuenta muestra un promedio de una cada 21,72 minutos, lo que le sitúa como el segundo jugador castigado con más frecuencia de toda la Liga, sólo por detrás de Rafinha (20,95).
Tras eso, a la cita de todas las citas, la vuelta de octavos de Champions contra el City, se
Bob