Ángel Correa
El delantero argentino, uno de los jugadores claves en el título conquistado el sábado por los rojiblancos en Zorrilla, atiende a AS.
unos números muy importantes. Además, apareció cuando fallaron otros...
—Es verdad que en lo personal también estoy muy contento. He jugado más arriba, más cerca del área rival y ahí es donde me siento más cómodo y creo que es donde puedo ayudar más al equipo. De ahí los números que he podido conseguir.
—-¿Con qué gol se queda?
—Me quedo con el de Valladolid. Íbamos perdiendo y sirvió para empatar un encuentro complicado. Luego vino el gol de Luis Suárez, el tanto que necesitábamos para ser campeones.
—-Fue un gol atípico, donde dribló a varios rivales en el área y necesitó meter la puntera para marcar.
—Sí, es cierto, es un gol raro de ver. Es un recurso que por suerte se me da bien. Lo utilizo en los entrenamientos, en los partidos de espacios reducidos. Al portero siempre le cuesta parar ese remate, puesto que espera que uno prepare la pierna para golpear. El remate de puntera sale fuerte y al portero no le da tiempo a reaccionar.
—Sí, lo pasé mal, pero es fútbol. Sé que siempre hay revancha. Y tuve el apoyo de mis compañeros y del cuerpo técnico, pues siempre me dijeron que estuviera tranquilo, que el gol iba a llegar. Me decían que siguiera por el mismo camino, que tener ocasiones no era por casualidad y que el gol llegaría.
—-Ver al Cholo consolándole tras fallar una ocasión ante el Betis en el último instante es una de las imágenes del campeonato.
—Sabíamos que ese partido era importante para nosotros, que teníamos que ganarlo. Arrancamos muy bien, pero el Betis empató. Y al final tuve un par de oportunidades para hacer gol que nos hubieran dado los tres puntos. El Cholo me estuvo esperando cuando yo iba camino del vestuario y me dio fuerzas. Me dijo: “Estate tranquilo, el gol llegará”.
—Sí, es muy importante, pero también lo hizo porque me conoce desde hace muchos años. Sabe cómo siento el fútbol y sabía lo mal que estaba por esas jugadas y por la situación del equipo.
—-Ante el Levante, cualquier aficionado le hubiera matado. Tiró a las nubes un remate a puerta vacía.
—En ese momento no lo puedes creer. No hay explicación posible. No entiendes cómo puede suceder eso, puesto que ya ves el gol y que lo estás festejando. Se te va arriba y no ves explicación posible. Es un momento horrible. Pero es fútbol y hay que ser fuerte de cabeza y sobreponerte rápido, puesto que sabes que en el próximo partido tienes la revancha.
Ahora hay que ser ambiciosos, tenemos un auténtico equipazo”
—-Lo consiguió, puesto que acabó la temporada con mucha confianza, haciendo jugadas imposibles.