Gerard en el 4-3-3
No quedó claro si el equipo que sacó España ante Portugal era un ensayo general del once titular para la Eurocopa, si es que Luis Enrique va a tener algo parecido a eso. En caso de serlo, extrañó que se quedara fuera Gerard Moreno, seguramente el futbolista nacional que llega en mejor estado de forma a la cita continental. El momento de inspiración del zurdo del Villarreal ha tenido mucho que ver con el primer título levantado por su institución y ha justificado el visionado de cualquier encuentro del conjunto amarillo durante la temporada: si jugaban los de Unai, nos sentábamos a ver a Gerard por puro placer. Se diría que el de Santa Perpètua es el antídoto perfecto para los partidos en los que la Selección se atasca ante bloques cerrados: posee ese punto de desequilibrio, tanto en el pase como en el recorte, que ilumina aquellos choques que amenazan con sucumbir a la oscuridad de la horizontalidad. E incluso ha demostrado la precisión ante la portería rival que le faltó a Morata frente a los portugueses -aunque no se puede decir que el de la Juventus resolviera mal en el tiro al larguero-.
Ocurre que el sistema 4-3-3 que parece fijo para Luis Enrique no es el que más conviene a Gerard. Lo descubrió el propio Unai después de darle muchas vueltas durante el año. Sin duda, el catalán mejora cuando juega junto a un nueve puro y puede partir desde la derecha -aunque sin ser un extremo; es más, le conviene convivir con un extremo en ese costado, y de ahí que el Villarreal acabara formando con Bacca en ataque y con Samu Chukwueze o Yeremi Pino en la misma banda del internacional español-. No es que España tenga que variar todo su dibujo para acomodar a su delantero más en forma, pero sin duda debe resolver su encaje para sacarle el máximo provecho. Que Gerard parta como falso atacante diestro y el lateral de su lado -Marcos Llorente- alcance mucha profundidad podría ser una solución. En los torneos cortos, la finura de los futbolistas que ganan partidos marca diferencias y es fundamental que se sientan cómodos.
Ocurre que el sistema que parece fijo para Luis Enrique no es el que más conviene a Gerard