Una final en vilo por Giannis
Antetokounmpo no juega desde el cuarto partido de la final del Este por una lesión
En el verano de 1968, la NBA amplió formato: de 12 a 14 franquicias con la incorporación de Phoenix Suns y Milwaukee Bucks. A partir de esta noche (03:00 hora española), 53 años después, Suns y Bucks juegan por el anillo de campeón. Una final imprevista, una apuesta improbable en el arranque de temporada, que coronará por primera vez a los de Arizona o por segunda a los de Wisconsin.
Esta final hila el destino de dos franquicias que llegaron juntas a la Liga y se jugaron un año después, en 1969, el número 1 del draft por el sistema de moneda al aire. Ganaron los Bucks, que se llevaron a Lew Alcindor, el jugador que en 1971 pasó a llamarse Kareem AbdulJabbar. Con él y Oscar Robertson, los Bucks se proclamaron campeones en 1971. Después, perdieron la final de 1974 contra los Celtics, el mismo equipo que dejó sin título en 1976 a unos Suns que solo habían vuelto una vez más a la gran batalla. Fue en 1993, cuando el equipo comandado por Charles Barkley no pudo con los Bulls de Michael Jordan.
Esa, hace 28 años, fue la última presencia en una final de una de las dos franquicias que se han clasificado ahora, tras estos playoffs 2021 marcados por las lesiones. Es el año del calendario comprimido en tiempos de pandemia. Un ritmo extenuante para evitar jugar en agosto, anatema para las televisiones, y enlazar sin pisarse con los Juegos Olímpicos: un hipotético séptimo partido se jugaría el 22, un día antes de la ceremonia de inauguración.
Otra lesión marca, también, esta eliminatoria: Giannis Antetokounmpo, jugador franquicia de los Bucks y dos veces MVP, sufrió una hiperextensión en la rodilla izquierda en el cuarto partido de la final del Este. No ha jugado desde entonces y es duda para hoy. Se trata de si juega… pero también de en qué condiciones. Sin él, su equipo superó a Atlanta Hawks, pero lo tendría en chino contra un rival del nivel de los Suns.
Si los Bucks han sido uno de los mejores equipos de la NBA en los últimos tres años, los Suns han ascendido de forma meteórica.
Llevaban desde 2010 sin jugar playoffs y tiene el peor porcentaje de triunfos (30,2%) de un finalista en el lustro anterior a luchar por el anillo. Pero tienen un maravilloso núcleo joven (Devin Booker, DeAndre Ayton, Mikal Bridges) y a Chris Paul, uno de los mejores bases de la historia que se estrena en una final con 36 y tras once all star y más de 1.200 partidos NBA. Es la oportunidad de su vida.
Final Los Suns nunca han sido campeones; los Bucks, en 1971
Estreno Chris Paul jugará su primera final de la NBA con 36 años