Esperaba más movimiento para la general

Lo que nadie podía esperar ayer en el Tour de Francia es la victoria de Bauke Mollema en Quillan, su segunda en la carrera francesa tras la que ya logró en 2017, pero es que el ciclista neerlandés dio una exhibición, demostrando ser el más fuerte de la escapada. Arrancó a 40 kilómetros de la línea de meta. Además, ayer la jornada tuvo un segundo protagonista, ya que la gran sorpresa del día la dio Guillaume Martin poniendo la tabla patas arriba y metiéndose en la pelea por el podio. Aunque esperaba que se moviese todavía más la clasificación. No con los primeros de la general, pero sí con algunos de segunda fila que están obligados a subir posiciones.

Está siendo un Tour muy rápido, pero con la parte negativa de que, desde la primera semana, Pogacar demostró que era muy favorito. A día de hoy se consolida aún más en su liderato en la víspera de la primera de las etapas pirenaicas que tenemos hoy en Andorra. El esloveno ha sido el corredor que ha marcado la pauta y el patrón de lo que llevamos de competición. Hoy tenemos una muy buena jornada en la que, a priori, vamos a tener movimientos en los puestos cabeceros. Corredores como pueden ser Richard Carapaz, Enric Mas o Rigoberto Urán, que se están jugando el segundo y tercer puesto, tienen un duro test por delante. El balear, líder del Movistar, conoce bien los puertos y el territorio andorrano, ya que reside allí, y en la Vuelta logró brillar en esta zona en 2018. Vingegaard apunta a ser otro de los grandes animadores.