Iceta, nuevo ministro
Un catalán con la candidatura de Barcelona 2030 en ciernes
El deporte, a 13 días de los Juegos de Tokio, cambia de responsable. José Manuel Rodríguez Uribes deja la cartera de Cultura y Deporte, que ocupó en enero de 2020 y en la que ha permanecido año y medio, y será relevado por Miquel Iceta (Barcelona, 60 años), actual ministro de Política Territorial y Función Pública, puesto que asumió a finales de enero. La revolución en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, con siete salidas, no dejó de lado el deporte.
Iceta, que inició las carreras de Químicas y Económicas pero no llegó a acabar ninguna, es un político curtido en Cataluña, donde ejerce como primer secretario del PSC. Inició su andadura como concejal en el Ayuntamiento de Cornellá, ha sido diputado en el Congreso, en el Parlamento de Cataluña, subdirector del Gabinete de Presidencia del Gobierno de España con anterioridad... Pero no se le conoce mucha vinculación con el deporte más allá de que su tío-abuelo Luis Iceta fue delantero del Athletic entre 1910 y 1916 y compartió el puesto de seleccionador español en 1951 con Paulino Alcántara y Félix Quesada en tres partidos. A él se refirió en su toma de posesión en Política Territorial. “Me dicen que no haga bromas, pero los Iceta ya hemos dado un seleccionador nacional de fútbol y ahora un ministro”, dijo.
Más allá de la anécdota, Iceta se encuentra con José
Manuel Franco al frente del Consejo Superior de Deportes (relevó a Irene Lozano en marzo), y con el anteproyecto de Ley del Deporte y nueva Ley Antidopaje en marcha. También con 300 millones en los próximos seis años procedentes de los fondos de recuperación europeos. Uribes engrasó la deteriorada relación del CSD con Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, y ahora no se perciben grietas. Terreno que tiene ganado.
En la agenda de Iceta aparece la posible candidatura de Barcelona-Pirineos para los Juegos de Invierno de 2030, que tiene luz verde del Comité Olímpico Internacional. Un proyecto que engloba Cataluña y Aragón y que este mes ha dado otro paso hacia adelante. El Gobierno central lo ve con buenos ojos como punto de encuentro y de unión entre las instituciones dentro del diálogo que han establecido Pedro Sánchez y Pere Aragonès, presidente de la Generalitat.