Pogacar no abusa más
El maillot amarillo no arriesga en la crono, que ganó Van Aert, y hoy conquistará su segundo Tour en París
El sueño de todo organizador es llegar a la última contrarreloj, el sábado o el domingo, con el liderato todavía en liza. El ideal extremo se vivió el año pasado en el Giro de Italia con los dos contendientes, Tao Geoghegan Hart y Jai Hindley, empatados a tiempo. El Tour de Francia, por su parte, experimentó un vuelco en La Planche des Belles Filles, donde Tadej Pogacar volteó inesperadamente a su compatriota Primoz Roglic. Por casos como estos, a la cronometrada final se le añade siempre el adjetivo de ‘decisiva’. Y así se asume por tradición: la contrarreloj decisiva. Resuelva algo o no. En esta edición de 2021, la última crono entre Libourne y Saint Émilion, sobre 31 kilómetros, tenía realmente pocas cosas por decidir más allá del triunfo parcial. Casi ninguna. Y así concluyó.
Las cábalas sólo barajaban algunas permutas entre los diez primeros clasificados, pero finalmente no hubo ninguna variación entre ellos. De hecho, para encontrar el primer cambio en la general hay que saltar hasta la 20ª posición, que Bauke Mollema arrebató a Sergio Luis Henao. Quien más sufrió por mantener su plaza original dentro del top-10 fue Ben O’Connor, que conservó el cuarto puesto sobre Wilco Kelderman por 11 segundos. Jonas Vingegaard y Richard Carapaz acompañarán en el podio de París a Tadej Pogacar, como era previsible. Mientras, Enric Mas acabará sexto, un escalón peor que el año anterior, y Pello Bilbao finalizará noveno. Si a alguien le consuela, que no lo creo, España será el único país con dos ciclistas metidos entre los diez de vanguardia.
Pogacar desconectó ayer el ‘modo abusón’ en la lucha por la contrarreloj, que se llevó Wout van Aert, un especialista, con 21 segundos de ventaja sobre Kasper Asgreen. El belga del Jumbo, que confesó que le hacía especial ilusión conquistar una crono del Tour, acabará la carrera con dos victorias, con las que se une al club de polivencedores de esta edición, donde ya figuraban Mark Cavendish, Matej Mohoric y el propio Pogacar. El esloveno del UAE Team prefirió no arriesgar por un triunfo más o menos, y terminó octavo la etapa. Cuando cruzó la meta, eso sí, celebró con el puño cerrado. Su segundo Tour ya estaba en el zurrón.
Pogacar se coronará en París por segunda vez consecutiva. En 2020 fue una victoria sorpresa. Su clase era entonces sobradamente conocida, ya se había subido al podio en su primera Vuelta a España, pero a los 21 años y como debutante no era imaginable una irrupción triunfal en una carrera de la dimensión del Tour. El presente 2021 proponía una historia diferente, aquí sí llegaba como gran favorito. Sólo la revancha con Roglic y el potencial colectivo del equipo
Ineos se cruzaban en su camino, pero las caídas de los primeros días impidieron saber si hubiera habido un pulso de verdad. Nunca se sabrá. El esloveno ha arrasado en el Tour, literalmente, con tres victorias de etapa, con 5:20 minutos sobre el segundo clasificado, Vingegaard, y con el acaparamiento de tres maillots: el blanco de mejor joven, el de lunares de mejor escalador y el amarillo del rey absoluto. El ciclismo ha entrado de lleno en la ‘era Pogacar’.
Españoles Mas acabará sexto, un puesto peor que en 2020, y Bilbao será noveno
Cavendish. París aguarda también hoy la llegada de un segundo monarca: Mark Cavendish. El velocista británico, vencedor de cuatro etapas, subirá al podio con el maillot verde enfundado, pero antes buscará superar el récord de 34 victorias parciales de Eddy Merckx que ahora comparten ambos. El esprint de los Campos Elíseos ha sido siempre de enorme prestigio, pero de escasa publicidad, porque ese día hay otros protagonistas que acaparan los focos. La volata de este domingo, que se presume histórica, también cambiará esa tendencia. Como la contrarreloj decisiva que no lo fue.