A Enric Mas hay que pedirle más
En la penúltima etapa del Tour no se jugaba nada, porque los tres primeros estaban ya vistos. Lo único era el segundo y el tercero puesto. Vingegaard demostró que era mejor contrarrelojista que Carapaz, lo que ya más o menos se sabía sobre el papel. Pogacar se limitó a cumplir el trámite de hacer la contrarreloj para llegar de amarillo hoy a París. Van Aert sí que hizo una crono espectacular. Fue de menos a más, quizá por la operación de apendicitis que tuvo en el mes de mayo. Y su equipo, el Jumbo, a pesar del abandono de Roglic por caída, ha estado de sobresaliente.
Al final se llevan un segundo puesto en la general y tres etapas. En cambio, tengo un sabor agridulce con Enric Mas. El año pasado hizo quinto, y para mí, es igual que el sexto de este año porque si quitamos a O’Connor, que acabará cuarto por una escapada en la que consiguió la victoria de etapa, pues hubiera firmado el mismo puesto. Le tenemos que pedir un poquito más. Estar metido en esa lucha por el cajón de París en la cual no ha estado en ningún momento. Por ahora. Hemos tenido un dominador claro en el Tour que ha sido Pogacar y otro triunfador claro en las llegadas, que es Cavendish, con cuatro éxitos por el momento. Y hoy lo único que nos queda es saber si el británico batirá el récord de victorias en el Tour, ya que tiene 34 como Merckx. Tiene una gran oportunidad por delante.