Oyarzabal abre camino
Primer triunfo de la Real, de penalti Partido valiente del Rayo, al que una mano de Balliu le impide puntuar
La Real sumó sus tres primeros puntos de la temporada después de ganar por la mínima en el Reale Arena al Rayo Vallecano con un gol de penalti de Oyarzabal a la hora de partido. El tanto del crack eibarrés, santo y seña de los donostiarras, desniveló un encuentro igualado y trabado, en el que los visitantes se mostraron valientes, pero les faltó mordiente en los metros finales. El cuadro de Imanol se aprovechó de un penalti claro por mano de Balliu, después de un barullo del que pudo salir muy malparado Le Normand.
El 10, infalible desde los once metros, no falló, y permitió a su equipo el primer triunfo de la presente campaña, muy necesario después de las dudas que dejó su actuación en el Campo Nou en la jornada inaugural. Los casi 8.000 espectadores que se dieron cita en la gradas en la vuelta del público al Reale Arena disfrutaron de un día histórico, con una victoria muy importante después de un partido muy cerrado, aunque con una Real todavía más espesa que de costumbre.
La primera parte fue como un combate nulo. Porque tanto la Real como el Rayo se neutralizaron de tal manera que las ocasiones claras brillaron por su ausencia. Los donostiarras se limitaban a esperar el talento de Oyarzabal y Silva, porque a Isak le costaba encontrar espacios. Y los madrileños lo fiaban casi todo a la zurda mágica de Merquelanz, que en su regreso a Donostia cedido por la Real, fue de lo más entonado en la primera parte. Pero Remiro no tuvo trabajo. Tampoco Dimitrievski, que se fue algo conmocionado al vestuario después de un golpe en su cabeza de Silva.
Tras el descanso, el Rayo salió con mucha intención a buscar la portería de la Real, con una presión muy alta y metiéndole el miedo en el cuerpo en más de una ocasión. Pero los realistas poco a poco empezaron a tener más presencia en el área rayista. Dimitrievski tenía cada vez más trabajo. En una de esas jugadas embarulladas, tras varios rechaces, el balón golpeó en la mano de Balliu y Jaime Latre, que estaba muy cerca de la jugada, no lo dudó. Penalti claro. Oyarzabal, con su habitual calma y un estilo ya inconfundible, no falló, y marcó el gol que supondría la victoria de la Real Sociedad.
Dimitrievski
El meta macedonio tuvo mucho trabajo y volvió a cuajar una gran actuación