Luis Enrique ve nubarrones
El seleccionador reporta “errores individuales” pese a que España ganó más duelos uno contra uno (56%) que Suecia (44%) y lamenta el gol de Isak
25-03 25-03 28-03 28-03 31-03 31-03 02-09 02-09 05-09 05-09 08-09 08-09 09-10 09-10 12-10 12-10 11-11 11-11 14-11 14-11
España-Grecia
Suecia-Georgia
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España-Suecia 1-1 1-0 1-2 0-3 1-1 3-1 0-1 2-1 20:45 20:45 20:45 20:45 18:00 18:00 20:45 20:45 18:00 20:45 20:45 20:45 prensa del seleccionador. Por vez primera, Luis Enrique también fue crítico con el equipo y con sus jugadores, aunque generalizó. Dijo claramente: “Los entrenadores llegamos hasta donde podemos, pero no tenemos el control de todo lo que pasa en un partido. Hemos perdido la mayoría de los duelos individuales, tanto en el centro del campo como en defensa”.
La verdad es que su impresión no es exacta, porque las estadísticas oficiales del partido contra Suecia reflejan ventaja de España, 56%, en esos duelos individuales. Pero en todo caso, perder el 44% de esas jugadas, le debió parecer mucho a Luis Enrique. El seleccionador no quiso dar nombres, ni mucho menos señaló a nadie en concreto, pero evidentemente Isak retrató a Eric Garcia en numerosas ocasiones y Busquets no tuvo su mejor día. Por lo demás, nada que no se sepa: España sigue con poca capacidad goleadora, entre otras cosas porque produce menos ocasiones de gol. Gerard Moreno es un desperdicio en la banda y Morata no remata tanto como le gustaría. Sarabia, uno de los mejores de la Eurocopa, fue suplente...
Pero esas críticas del seleccionador nacional a sus jugadores, que con seguridad no son para quitarse responsabilidad o escurrir el bulto, sino más bien para todo lo contrario, para levantar la moral de la tropa, no fueron lo peor de la noche vivida por Luis Enrique en Solna. Al técnico asturiano se le reprochó la política de cambios, porque acabó el partido sin los arietes con los que lo empezó, con Ferran de falso 9 y con Sarabia en la banda. Es decir, que le dio al equipo la vuelta como a un calcetín, pero a destiempo y sin mucho tino, según la opinión de los analistas, la tendencia popular en las redes sociales y el criterio de la prensa especializada.
Responsabilidad. Él mismo asumió su parte de responsabilidad y lamentó los “errores individuales” y, sobre todo, la circunstancia de que Suecia empatara al minuto siguiente del tempranero gol de Carlos Soler por un cúmulo de infortunios y errores propios y aciertos del rival, concretamente de Isak, el veloz delantero de la Real Sociedad.
Lo que viene a partir de ahora es a todo o nada. La Selección española se ha quedado sin ningún margen de error. La primera final será mañana, en Badajoz, contra Georgia. No parece un rival tan difícil como Suecia, pero en su campo resistieron hasta el minuto 93, cuando el postrero gol de Dani Olmo (ahora de permiso, como Pedri, por su participación en los Juegos Olímpicos) los doblegó.
Otro cantar muy distinto será el partido del miércoles próximo en Pristina. Sin ninguna duda, Kosovo sacará su orgullo nacional espoleado por el hecho de que España no les reconozca como país. Un tema nacionalista, tan profundo en la zona de los Balcanes. Ese será un partido distinto y mucho más complicado que el de Georgia.
El balance final es que España está obligada a sumar tres puntos y a esperar que suene la flauta y que Grecia supere a Suecia, aunque el conjunto nórdico no querrá perder en Atenas lo conquistado anteayer en Estocolmo.
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