Adi Iglesias e Iván Cano relanzan a España en Tokio
El atletismo suma dos platas
España volvió a tomar impulso. Las platas de Adi Iglesias e Iván Cano relanzaron al equipo español, tras una jornada en blanco. Ahora se pone en 35 medallas: nueve oros, 15 platas y 11 bronces. La atleta consiguió un segundo puesto en 400 metros T13, después de una emocionante pugna con la azerbaiyana Lamila Valiyeva y firmando un tiempo de 55.53, su mejor marca personal. Mientras que Iván Cano se hizo con la plata en longitud T13, (7,04 m.).
Esta plata supone el ‘doblete’ de Adi Iglesias en sus primeros Juegos. Ya voló en su estreno en los 100 y se colgó el oro. “Cuando acabé la carrera me tuve que tumbar y todo. Estoy empezando en el 400 y el ritmo no lo llevo muy bien. Ni siquiera he celebrado la del 100 por no desmadrarme. Ahora empezaré a entender realmente lo que he hecho. Son dos medallas y eso son palabras mayores”.
Su vida da para escribir un libro. Nació en Bamako y su albinismo la ponía directamente en el punto de mira. Allí se les persigue para matarlos o amputarlos algún miembro, usándolo como amuleto contra la mala suerte. Eso hizo que no saliera de su barrio y que sus padres decidieran enviarla a España donde residía uno de sus hermanos. Las cosas no fueron bien y terminó en un centro de menores. A los 14 años su camino se cruzó con el de Lina, su madre adoptiva y ella se convirtió también en su hada madrina.
Para Iván Cano era la primera medalla. Su segundo salto de 7,04 metros le hizo aterrizar directamente en el segundo cajón del podio. El alicantino ya había conquistado otra plata esta temporada en el Europeo y antes, en Mundial 2019, un bronce.
“No tengo palabras para describir lo que es estar aquí. No lo voy a olvidar en la vida”, dijo Iván, de 26 años, que nació con albinismo oculocutáneo y la fotofobia le obliga a llevar gafas de sol, aunque le gusta. Eso, unido a sus músculos y sus condiciones físicas, hace que sus compañeros le apoden The Rock. Este graduado en Telecomunicaciones, que ahora cursa Física, idolatra a Iván Pedroso. El cubano, nueve veces campeón mundial, es amigo de su técnico, Sergio Berbegal, y ya ha recibido alguna masters class.