AS (Valladolid)

Pitos que flautas

Griezmann fue suplente y muy pitado en su vuelta al Wanda ● El VAR anula un gol de Taremi por mano

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La segunda parte comenzó con un golpetazo en la madera taquicárdi­co. El Oporto había salido apretando aún más, asfixiando en la noche. Y lo llevó a los pies de Oblak con un centro chut de Luis Díaz que se envenenó hasta estrellars­e en el poste. No sólo los guantes de San Jan saben de milagros, también sus palos.

Se retiraba Pepe, lesionado, cuando Simeone miraba atrás. Triple cambio. Y ese momento: Griezmann a la hierba en casa. Salió el francés entre pitos otra vez (y algún aplauso) con la ambición de abrazar la frase de Carl Bard: "Aunque nadie puede volver atrás y tener un nuevo comienzo, todos pueden empezar desde ahora y tener un nuevo final". El banquillo fue bisagra entre un antes y un después. El Atleti empezó a llegar con peligro. Pero es que con Grizi iban Lodi y, sobre todo, Correa, futbolista capaz de fabricarse, con sus giros, espacio en una brizna. Encontró uno hacia la portería de Diogo Costa y disparó. Pero este portero es también frontón. El después sólo duró un rato. Muy poco.

Taremi silenciaba al Metropolit­ano poco después. Ayudó Lodi, con un pase atrás hacia Oblak, Kondogbia, convertido central por la entrada de Herrera, se quedó parado. Pensó que llegaba el portero, pero no, lo hizo antes Taremi. La pelota rebasaba la cal cuando al árbitro le llamó el VAR: le había dado en el brazo. Anulado. Simeone se dio la vuelta. Pedía voz. Pero sólo hubo más pitos, a Mbemba, cuando derribó a Grizi camino al área. El libre directo de Suárez afeitaba el larguero cuando se pitó el final. La flauta no sonó. El Atleti terminó el partido como empezó. Empate. Y los de Conceição atravesado­s en la garganta.

REPORTAJE GRÁFICO CHEMA DÍAZ Y JAVIER GANDUL

El sistema 1-5-3-2 que utiliza Simeone, que ya copia hasta Koeman en el Barça, da la sensación de estar más trabajado en su fase defensiva que en la fase ofensiva, a tenor de los automatism­os que se observan en el inicio del juego. Si utilizas ese esquema de tres centrales y no presionas al rival en su zona de iniciación y metes el equipo en bloque medio o bajo, la presencia de Luis Suárez en ataque pasa a ser testimonia­l. En Cornellà-El Prat cambió su sistema de tres centrales en el descanso, ante el Oporto lo cambió en el minuto 56. Y en los dos partidos el equipo mejoró bastante con defensa de cuatro, pero ante el Oporto no ganó. A ver si mantiene el Cholo la cábala…

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