AS

Hasta que Leo dijo basta

Exhibición descomunal del argentino ● Suárez, (2), Alba y Messi marcaron para el Barça ● David López marcó el del Espanyol ● D. López, lesionado

- SANTI GIMÉNEZ

El derbi duró hasta que Messi dijo basta. Cuando el argentino puso la directa fue tan hermoso como imparable. En dos minutos liquidó el partido con dos jugadas estratosfé­ricas que culminaron Suárez y Alba y el Barcelona acabó goleando al Espanyol por 4-1 en un partido que le sirve a los barcelonis­tas para quedarse a tres puntos del Real Madrid en la tabla, a pesar de que los blancos tienen un partido menos.

La exhibición del argentino es de esas que hacen que uno se vaya del campo diciendo eso de que “yo vi jugar a Messi”. Le quedan tan pocos retos a Messi por completar que ayer optó por dejar los goles a un lado y dar una clase de física. Messi demostró sobre el césped del Camp Nou que la materia en forma de jugadores españolist­as puede ser atravesada, que el tiempo se puede parar y que la inercia de un frenazo tras una violenta aceleració­n puede ser controlada por un humano que sigue en pie con el balón enganchado al pie mientras a su alrededor, el resto de bípedos se van al piso. Cuando Messi se pone como se puso ayer, no hay nadie capaz de frenarle. Lo único que toca es sentarse y disfrutar.

En el momento en que Messi rompió a jugar y decidió acabar con el partido el derbi lo ganaba el Barcelona por 1-0, pero de ninguna manera el duelo parecía estar cerrado. Había mucho respeto por ambos lados. El Espanyol se defendía con orden y parecía cómodo en su papel esperando llegar al tramo final del partido con opciones de darle un susto al Barça.

Contragolp­e. Los locales, por su lado, estaban muy sólidos en defensa, pero no sabían cómo meterle mano al Espanyol en la fase de ataque estático. El peligro del Barça estaba en los contragolp­es que lanzaba de manera fulgurante cuando el Espanyol se atrevía a acercarse al área de Ter Stegen. En una de estas jugadas, Mascherano robó un balón, que le cayó a Iniesta que de primera colocó un pase al espacio que cazó Luis Suárez tras un delicioso control para batir a Diego López en el uno contra uno.

Si lo de Messi es descomunal, su actuación no puede eclipsar la del centrocamp­ista del Barcelona, que desde que ha vuelto al equipo ha encendido la luz de una habitación en penumbra. El recital de inteligenc­ia de Andrés Iniesta ayer fue sensaciona­l. Manjar para sibaritas. Messi es el trapecista que hace números prodigioso­s que dejan al espectador con la boca abierta, pero el manchego es el director de orquesta que hace todo fluya como una seda.

Nunca podrá demostrars­e que hubiera pasado en el bando españolist­a de no haberse lesionado Diego López en una jugada fortuita ante Suárez. Su puesto lo ocupó Roberto, que salió apresurada­mente sin calentar. Puede que en los goles que encajó pudiera haber hecho alguna cosa más, pero cuando tienes ante ti un Leo desencaden­ado, poco más puede hacerse.

Messi rompió el partido con dos jugadas en las que se regateó a medio equipo del Espanyol en un lapso de dos minutos. La primera la completó Suárez, que también hizo un partido excelente, y la segunda Jordi Alba.

El Espanyol tuvo la sangre fría de no parar el partido para pedir autógrafos al argentino y se rebeló contra las circunstan­cias. David López marcó un estupendo gol que fue la antesala de la última maravilla de Messi, que cerró el marcador con otro gol prodigioso de caño al portero al primer toque.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain