El Leganés resiste con 10
Los locales jugaron durante una hora en inferioridad
Leganés y Eibar cerraron 2016 con un empate bonito, cargado de brega, tensión y lucha, virtudes que ambos equipos derrochan. El punto sabe mejor a los pepineros que a los armeros por aquello de haberlo conseguido tras jugar más de una hora con diez por la expulsión de Herrerín. Esto le permite cerrar el año cuatro puntos por encima del pozo después de tres jornadas sin perder.
Fue la primera parte un duelo de pulsaciones elevadas y ocasiones contenidas. Como la botella de champán que necesita de un empujoncito para disparar su tapón, los remates a puerta se hicieron esperar en medio de una agitación constante. Ambiente efervescente en el que el Lega aportó más burbujas que el Eibar.
Las de Omar fueron gran reserva. Su zurda destiló regates de buqué afrutado cada vez que el cuero acariciaba sus pies. Un terror con pasos de bailarina que contrastaba con el rock duro de Machís en el costado contrario. Lo del venezolano fue velocidad y contundencia. Volaban las alas del Leganés, pero la primera gran ocasión fue del Eibar.
Enrich e Inui forzaron a Herrerín a lucirse en dos grandes paradas en el 12’. Guerrero y Omar protagonizaron los siguientes acercamientos hasta que Luna regaló al propio Guerrero una asistencia perfecta. Regate a Yoel y gol. El segundo consecutivo del toledano esta temporada, el que descorchó la euforia en Butarque.
Poco duró la borrachera. Herrerín fue expulsado 240 segundos más tarde tras llevarse a Inui por delante. El japonés trató de hacer el gol de Pelé. No tocó el balón y el portero no llegó a despejarlo. Sí lo hizo con el rival. Literal. Roja de libro. Diego Barrios, portero del filial de Tercera, tuvo que suplirle.
El chaval (cuarto portero que juega con el Lega este curso) solventó sus primeros minutos sin nervios. Tampoco sufrió el Lega en el cuarto de hora que le restó a la primera parte. Lo de la segunda mitad fue otra cosa. Una tormenta perfecta contra la portería del debutante con todos los métodos posibles.
Intensidad final. Pedro León percutía con sus centros. Enrich, con su brega. Y Bebe, con sus zapatazos. El luso probó su primer misil en el 74’. Se fue lejos por poco. El segundo entró. Tocó en Alberto Martín, pero entró. El empate calmó el temporal. Sólo Lejeune, de cabeza, en el 78’, amagó con deshacer el 1-1 y cerró las hostilidades de un intenso espectáculo con el que despedir año.
Barrios
El portero del filial, de Tercera, suplió a Herrerín tras ver la roja