Ha nacido una estrella
Enric Mas conquistó la etapa reina y acabará segundo en el podio
Simon Yates, Enric Mas y Miguel Ángel López. El podio de hoy en Madrid. El podio del mañana en el ciclismo mundial. La Vuelta 2018 nos ha anunciado el futuro en una penúltima jornada apasionante, que no doblegó al maillot rojo, pero sí volteó los otros dos peldaños del cajón. Alejandro Valverde y Steven Kruijswijk, dos treintañeros, dejaron paso a dos ciclistas de 23 y 24 años, a Mas y López. El nuevo campeón, Yates, tiene 26. Andorra nos presentó un cambio de guardia en el pelotón.
Enric Mas ganó la etapa reina, con picardía y astucia. El español dejó de colaborar con el colombiano en el tramo final. “Yo ya tengo asegurado el podio, tira tú si lo quieres también”, era su espíritu. Mas sabía que tenía que entrar por delante en la última curva y allá se lanzó. Veía demasiado cerca la gloria para dejarla escapar. El balear atrapa así su primera victoria en una grande, un triunfo que augura otros muchos venideros. El premio extra es el podio de Madrid, allí donde, hace justo un año, Alberto Contador le señaló como su sucesor. No va mal encaminado. Ha nacido una estrella.
El Astana dignificó el ciclismo con su actitud durante la etapa, con esa preparación de un ataque largo para Superman López, con esa apuesta por cazar la pieza mayor. El equipo kazajo alisó el terreno para que su líder se envolviera en la capa. Lo hizo en el cuarto puerto, el segundo paso por Beixalis. Fraile y Cataldo apretaron con el jefe a rueda. Los gregarios no aguantaron hasta la cima y la iniciativa no prosperó, pero López se ganó la admiración eterna por su ambición. Quería la etapa, el podio, el Dorsal As de mejor joven y, por qué no, también la Vuelta.
La carrera, desatada desde el kilómetro cero, tampoco paró en el descenso. Ahí se marchó Nairo Quintana, un líder reconvertido en gregario, que ya se había dejado ver en cabeza en puertos anteriores. El ataque de Nairo tenía bastante más sentido en esta jornada que en la anterior. Ahora, sí, su ofensiva podía crear incertidumbre al Mitchelton de Yates. Cuando parecía que el grupo de gallos le tenía controlado, volvió a saltar Superman. Ejemplar. Dos colombianos en cabeza. Viva el ciclismo.
Yates decidió entonces reproducir la jugada del día anterior y aplicó la teoría de que la mejor defensa es un buen ataque. El inglés se marchó en La Comella, el penúltimo puerto. Valverde no pudo responder. Ni Kruijswijk. Pero sí lo hizo Enric Mas, que esta vez no dudó. Ambos enlazaron en el descenso con los dos colombianos. La Vuelta no peligraba para Yates, mientras que Mas y López retaban a Valverde y Kruijswijk por el podio final. Dos jóvenes contra dos veteranos.
El futuro.
Nairo ya pintaba poco en ese grupo, así que se descolgó para proteger a Valverde. Muy bien el colombiano en sus labores de escolta. También se dejó caer Yates para evitar crisis inoportunas. Y allá se fueron López y Mas: el futuro. Mano a mano. Una imagen de frescura que contrastaba con el hundimiento de Valverde y el apoyo de Quintana. La historia del murciano fue bonita mientras duró, pero paralelamente se nos abre otra historia bella, la historia del porvenir: la de Simon Yates, Superman López y Enric Mas. El podio de hoy y del mañana.