El podio del futuro
Yates (26 años), Mas (23) y López (24) recibieron honores en Madrid
Alejandro Valverde y Enric Mas se repartieron las mayores ovaciones en el final de la Vuelta. Era el reconocimiento al viejo campeón y al campeón del futuro. A un ciclista que con 38 años ha ganado dos etapas, ha luchado por el rojo y aún sueña con el arcoíris. Y a un corredor de 23 que aclara el futuro del pelotón español, justo un año después de que Alberto Contador recibiera un caluroso homenaje en su adiós, en este mismo escenario de Madrid.
Igor Antón vivió ayer una experiencia similar y cruzó en solitario el primer paso por la meta. Antón no es Contador, claro, pero en su palmarés tiene cuatro etapas y el liderato de la Vuelta. El vizcaíno ha anunciado su retirada a los 35 años. Unos vienen y otros se van, pero el ciclismo continúa vivo.
El mejor retrato de los que vienen está en el podio de la Vuelta 2018: Simon Yates, de 26 años, Enric Mas, de 23, y Miguel Ángel López, de 24. Para los dos primeros supone el estreno en el cajón de una grande. Son el podio del futuro. En los últimos tiempos, la Vuelta ha destapado a campeones. A Froome, a Nibali, a Dumoulin, a Aru, a Chaves... La lista crece.
Simon Yates ya estuvo a punto de ganar este año el Giro, que perdió a tres días del final tras un épico ataque de Froome. Allí tomó nota del doloroso golpe para no reeditar los errores. Tres meses y medio después, tiene su primera grande.
Su triunfo le sitúa entre los aspirantes a todo. Y de paso remata un curioso récord. Ningún país había ganado las tres grandes rondas con tres ciclistas diferentes el mismo año. Gran Bretaña lo ha hecho con Froome (Giro), Thomas (Tour) y Yates (Vuelta). Lo más parecido lo protagonizaron Francia y España, que también coparon los tres títulos en 1964 y 2008, pero con un ciclista repetido. Anquetil venció en el Giro y el Tour, con Poulidor laureado en la Vuelta. Y Contador dobló Giro y Vuelta, con Sastre coronado en París.
Sin cordel. Yates compartió el cajón con Enric Mas, la revelación. Contador le nombró hace un año su sucesor, pero el balear despega etiquetas: “Yo no soy Contador, soy Enric Mas”. Su victoria en la etapa reina le confirma como un ciclista especial. Esta campaña ya había avisado con un triunfo sobre Landa en Arrate, en el País Vasco. Una luz que brilla como ese relámpago de Marc Soler en la París-Niza. Ambos anuncian el futuro, pero no hay que esperar al mañana para soltarles el cordel.
Superman López es otro ejemplo de que hay que dejar pista libre a la juventud. En 2017 ganó dos etapas y en 2018 ha subido al podio, que ya consiguió en el último Giro. Colombia también tiene relevo.
Yates, Mas y López son el futuro. Ya presente. En 2019 se les pedirá otro escalón. El equipo Sky, con Froome y Thomas, no va a ceder fácilmente la corona. Y Dumoulin, segundo en el Giro y el Tour, intentará que abdiquen. En esa guerra de tronos nos gustaría que pelearan Nairo Quintana, aunque tendrá que reinventarse, y también Landa, si al fin confirma lo que tanto se espera de él. Ojo también a Roglic, no me olvido. Candidatos sobre un mapa donde hay que dejar hueco para nuevos nombres.
Se acaba la Vuelta a España. Y termina con el tercer sprint triunfal de Elia Viviani. La próxima gran cita será el Mundial: el 30 de septiembre. Valverde tiene otra oportunidad. Y Mas estará a su lado. Que empiece ya.