Los problemas estructurales que flagelan al Huesca
Débil en su área y poco incisivo
Indefenso. Avanza la temporada y el Huesca no ofrece ninguna señal para el optimismo. Se ablanda en su área y entre líneas y adolece de pulso en ataque. No gestiona las cuestiones básicas. Ha encajado 29 goles a causa de groseros desórdenes tácticos y equivocaciones individuales. La zaga y la medular se despegan y los laterales se cierran en exceso. Las torpezas de Pulido o el lesionado Semedo, 15 errores en los goles según datos de InStat, no remiten.
Las variantes. Ante Sevilla, Getafe y Alavés formó con tres centrales y dos carrileros. Hubo una mejoría, pero aun así no le dio para vencer. Aunque condicionado por las ausencias, Francisco podría utilizar este sistema que siempre le ha costado tanto al Madrid.
Juego ofensivo. Los trastornos del Huesca sobrepasan al dibujo. A la debilidad atrás se añade su limitado poderío en ataque. No es por falta de intención sino por una ejecución fallida. Trata de proyectarse por fuera (34 acciones por la derecha), pero al final acude a centros estériles. El Cucho, que está pagando el salto (160 pérdidas), está muy solo. Es cierto que los dos últimos duelos ligueros han sugerido una reacción general. Frente al Levante tiró 30 veces y al Celta le importunó de inicio. La inclusión de Rivera ha aumentado su potencial. En el balón parado, con seis goles a favor, el Huesca sí intimida. Moi y Ferreiro ponen el pie y Etxeita finaliza. Pero solo con esto no le alcanza al Huesca.