El Fuenlabrada tiene a prueba a un japonés
Kohei Kato viene con la recomendación de Torres
Kohei Kato extiende la mano firme mientras su mirada se pierde fruto de una timidez breve. Es algo cultural, dicen. Los japoneses son así… o quizá no. “Un gusto”, saluda este medio centro de 29 años con la ese y la te desparramándose en un marcado acento porteño. Pronunciación argentina con retintín oriental. No, definitivamente no todos los japoneses son como Kohei. Él lleva una maleta cosida a su apellido. Ha recorrido medio planeta con un único anhelo: triunfar en España. Y ahora, en el Fuenlabrada, está cerca de conseguirlo.
La culpa la tiene Fernando Torres. Cuando ‘El Niño’ fichó por el Sagan Tosu, Kohei era uno de sus integrantes. El delantero se encontró el primer día en el vestuario con nuestro protagonista que, valiente, se lanzó a saludarlo. “Le impactó que hablara español”, explica. Lo aprendió en Argentina, en 2012. Jugó siete meses en el Sacachispas, un equipo de la Segunda B bonaerense. “Yo quería acabar en España, pero no tenía contactos, así que me fui para allá. En Buenos Aires tengo conocidos. Pensé que me serviría. Al menos aprendí el idioma”, asevera.
Poco después entrenó con el Toledo, pero problemas burocráticos le impidieron fichar. Su periplo europeo continuó por Montenegro (apenas cobraba 300 euros), Polonia y Bulgaria, donde incluso disputó una previa de la Europa League. Este año ha retornado a Japón, al Sagan Tosu, pero no ha jugado mucho. Su fortuna cambió con la llegada de Torres, al que pronto le pidió que lo apadrinara.
Testada su calidad (‘El Niño’ no recomienda a cualquiera), el ex internacional español contactó con sus agentes de Bahía para trasladarles el deseo de Kohei. El Fuenla aceptó probarlo. Ya lleva 10 días. “Tiene clase incluso para Segunda”, dicen en el club. Asunto diferente es que puedan permitirse su salario (le han llegado ofertas niponas de 15.000 euros mensuales), amén del papeleo. El día 25 Kohei retornará a Tokio. Para entonces espera saber si fichará por los azulones para jugar en el estadio al que da nombre su padrino. El mismísimo Fernando Torres.
El nipón ya jugó en Europa: Toledo, Montenegro, Polonia y Bulgaria