Guruzeta se presenta con golazo, pero pasa el Sevilla
El 0-1 del cachorro del Athletic no inquietó a los de Machín
Gorka Guruzeta, 22 años, un donostiarra nacido para el fútbol en el Antiguoko, se presentó en sociedad en el fútbol de élite con un golazo en el Sánchez Pizjuán. El tremendo cabezazo del cachorro del filial después de un centro de Susaeta, que alcanzó los 500 partidos como león en un curioso cruce de trayectorias, sacó del tedio un partido algo soso y le puso un poco de pimienta al final. Pero como estaba escrito desde la ida en San Mamés, el Sevilla avanzó a los cuartos de final. Lo suyo con el Athletic anoche fue un pacto de no agresión. Los dos acudieron a firmar su conformidad con el resultado de Bilbao y dedicaron el partido a dar descanso a los habituales, minutos a los suplentes y canteranos (Guruzeta, Bryan Gil) y rodaje a los fichajes (Munir e Ibai). Todo fue muy burocrático. El Athletic le tiene un apego especial a la Copa pero este año está a otros asuntos menos épicos y más dramáticos. El Sevilla, con fondo de armario, buena dinámica y nuevos fichajes, sí puede permitirse el lujo de esmerarse en todas las competiciones y ya había liquidado el asunto en el Botxo.
El partido tenía el aliciente de ver a los nuevos y, a su modo, ninguno decepcionó. Munir se movió con sentido en esa posición de segundo delantero que nunca pudo ocupar en el Barça. Conectó bien por momentos con su amigo Aleix y se acercó al gol sin suerte en un par de remates. Ibai, por su parte, dejó el detalle del partido con un pase milimétrico a Guruzeta en la primera parte. La resolución del joven delantero fue deficiente pero Ibai anunció que pronto tendrá más minutos.
Mientras el Sevilla fue dejando que pasaran los minutos, el Athletic puso un poco más en la segunda parte. Susaeta amenazó la portería de Soriano en dos ocasiones y luego puso en la cabeza un balón de oro a Guruzeta. Muniain alborotó el final e Ibai rozó el 0-2 que hubiese parado algunos corazones en el descuento de Nervión. Demasiado para un partido que se había jugado en son de paz.
Los nuevos Munir e Ibai, bien; el Sevilla hizo valer el 1-3 de la ida