El cabezazo que cambió la historia
Se cumplen seis años del golazo de Ramos en Lisboa que dio paso a la Décima, ganada ante el Atlético
Ayer no fue un día cualquiera en el santoral de los madridistas. Fue San 24 de Mayo, el día de la Octava y de la Décima. Hace 20 años el Madrid de Del Bosque conquistó París, la ciudad del amor, con una exhibición de los Raúl, Morientes, Redondo, Roberto Carlos, Salgado y compañía, con un niño de 19 años en la portería: Iker Casillas. El Valencia sigue teniendo pesadillas con esa final.
Pero el 24 de mayo se recordará todavía más con el paso del tiempo por ser la fecha señalada en la que el ‘Ricardo Corazón de León’ de los madridistas, Sergio Ramos, puso en Lisboa hace seis años su cabeza de acero para dibujar con su golpeo picado e imparable el gol que cambió la historia para siempre. Ese gol agónico en el 92:48 en el estadio Da Luz evitó que los atléticos pudiesen presumir de una Champions, la primera que nunca llega, que a ellos les hubiese valido por diez (consiguiéndola ante el Madrid ya tenían el cielo ganado .... ).
Ese gol postrero también evitó que el club viviese momentos de tensión en los despachos después del regreso de Florentino en 2009 a la Presidencia, dado que se había pifiado con la espada en esas temporadas, especialmente en Europa (tres semifinales consecutivas fallidas). Ese gol lleno de magia y de sentimiento frenó el despido de Ancelotti, un entrenador que gestionaba como nadie sus recursos humanos y que se ganó a la afición con su señorío y saber estar. Ese gol puso la alfombra roja para que en años siguientes cayesen las Orejonas como churros. El cabezazo de Ramos despejó el mal fario y abrió la puerta de la gloria para un club que ha sabido reinventarse en el Siglo XXI hasta acumular más Copas de Europa en color (7) que en blanco y negro (6). Conclusión, Sergio Ramos (34 años) cambió para siempre la HISTORIA del Real Madrid...
Él mismo lo confesaba ayer en los medios de club: “Es cierto que al final es un grandísimo remate, sobre todo por la ejecución, el salto, la distancia, el portero Thibaut, que abarca mucha portería. Yo creo que solo existía ese rincón por donde podía entrar el balón. Fue un buen centro de Modric, me meto en el segundo palo porque es donde hay más jugadores y puedo bloquearme con algún movimiento. Tengo la marca de Godín, estaban Bale, Cristiano... Hago un amago hacia el segundo palo y me meto por dentro.
En esas décimas de segundo, con tanto jugador y tanto revuelo, a Godín no le da tiempo a llegar porque le gano la posición. Ese metro me permite avanzar bordeando el punto de penalti y cabecear prácticamente solo con una ejecución perfecta en el minuto 93, que nos daba el empate y el alivio para ir a la prórroga”.
Modric, otro icono para el madridismo militante, cuenta cómo tiró el córner de la gloria: “Yo iba muy tranquilo, con la convicción de que íbamos a marcar un gol. Sergio estaba en buen sitio, se colocó muy bien y, luego, cómo lo metió es historia...”.
Para los aficionados blancos, aunque no fuese el de la victoria, siempre será ‘El gol de la Décima’. Las lágrimas se derramaron en las gradas con ese gol, no con los tres siguientes. Fue un gol salvador, un gol soñado, rematado con la furia, la firmeza, la convicción, la ambición y la jerarquía del auténtico líder de este Madrid. Sergio, El Tarzán de Camas, el ídolo de varias generaciones, el corazón de un escudo que representa con orgullo y coraje. SR4 es el sello ganador del Real Madrid. Sin duda, siempre será recordado como el cabezazo que cambió la historia para siempre...
El córner “Un buen centro. Creo que sólo existía ese rincón por el que entró el balón...”