Chiesa enamora a todo el país, que pide su titularidad
Mancini tiene otro ‘problema’
En estos días se hizo viral un vídeo en el que un niño rubio aparece en los brazos de su papá. A la pregunta “ahora que se ha ido Batistuta, ¿quién marcará los goles en la Fiore?”, contesta sin dudas: “Yo”. Ese pequeño era Federico Chiesa, que con su golazo ante Austria le dio una alegría a toda Italia y, en especial, a su familia. Junto con el legendario Enrico, forma la única pareja padre-hijo capaz de marcar en la fase final de la Eurocopa.
Ese tanto tan bonito e importante llega tras una temporada sobresaliente. Chiesa, a pesar de sus 23 años, ha sido el salvavidas de una Juventus en apuros, firmando 15 dianas y 11 asistencias en su primer curso como bianconero. Su actuación, decisiva para clasificar a Italia para cuartos, abrió el debate de cara al enfrentamiento con Bélgica. Mancini, hasta ahora, apostó por Berardi como titular en la banda derecha. El del Sassuolo empezó genial, pero su rendimiento con Austria no convenció y muchos se preguntan si no sería más justo cederle el sitio a Chiesa. El juventino demostró ser un arma perfecta a lo largo del partido, cuando las defensas empiezan a cansarse y su rapidez se puede hacer letal.
La certeza, de todos modos, es que ya nadie ve desorbitada la inversión de los turineses, que hace un año desembolsaron por él a la Fiorentina casi 60 millones de euros. El joven extremo ha conquistado a los italianos dentro y fuera del césped (también se hicieron virales sus entrevistas en un inglés perfecto) y Mancini, como ocurre con Locatelli, tiene con él otro bendito problema.
Familia Es el único caso de padre-hijo que marcan en una Eurocopa