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Fútbol y libros conviven en la Eurocopa

La librería ‘Carturesti’, una de las mayores del mundo, congrega hinchas de varios países estos días en Bucarest

- A. GABILONDO

Mezclar cultura y Eurocopa es posible en lugares como la librería ‘Carturesti’, en Bucarest. Este edificio de seis plantas y miles de libros se ha convertido en uno de los lugares incónicos de la capital rumana. Durante la Euro, el volumen de hinchas de fútbol que lo ha visitado ha crecido considerab­lemente. Buscan libros de todo tipo y, por supuesto, también de fútbol. Los hay, aunque son una minoría difícil de encontrar en la selva de manuscrito­s que se agolpan en sus estantería­s.

Situada en la Strada Lipscani 55, la Carturesti Carusel (Carrusel de luz) es un antiguo y elegante edificio del siglo XIX que vio la luz como propiedad de una famosa familia de banqueros. Durante la época comunista fue confiscada por el gobierno, hasta que en 1990 fue recuperado por Jean Chrissovel­oni, su actual propietari­o y descendien­te de la familia de banquero. El estudio de arquitectu­ra rumano Square One llevó a cabo una restauraci­ón que plasmó la estrecha relación entre arquitectu­ra y cultura.

Con más de 1.000 metros cuadrados, la librería ‘Carturesti’ es una de las más grandes del mundo. Para encontrar libros de deporte y de fútbol hay que subir hasta las plantas más altas. Allí se puede ver a aficionado­s suizos en el día que eliminan a Francia en la capital rumana, por ejemplo. “¿Queréis mostrar que los hinchas del fútbol no tenemos interés por la cultura?”, preguntan. Pero el propósito es el contrario. “Bien, bien... Así queda claro que los suizos tenemos mucha inquietud por la cultura”, acaban bromeando.

En estos días de Eurocopa que se han vivido en Bucarest han pasado aficionado­s de muchos países por la ciudad. La mayoría dedica su tiempo a comer y beber por los bares y restaurant­es del Casco Antiguo. Hay zonas en las que la música suena a tope desde última hora de la tarde. En concreto, una esquina con dos o tres pubs es la ideal para aquellos hinchas que van a la Euro con la fiesta como estímulo.

Inquietud. Pero los jóvenes rumanos tienen otras inquietude­s y esta librería responde a muchas de ellas. Lo más sorprenden­te del recinto es que son jóvenes y adolescent­es los que entran a buscar libros de manera incesante. Arriba del todo hay una terraza con vistas excepciona­les sobre loa ciudad, aunque ha permanecid­o cerrada estos días.

El gobierno rumano apostó fuerte por la Eurocopa a pesar de que su selección no se clasificó para el torneo. De hecho, ha sido, junto a Bakú (Azerbaiyán), la única que no ha podido contar con su equipo nacional a pesar de ser sede. Durante el torneo amplió el aforo del National Arena, hasta el punto de que para el Francia-Suiza de octavos hubo un total de 22.642 espectador­es (casi todos locales a excepción de 1.700 franceses y un número similar de suizos). Los que viajaron hasta aquí tuvieron tiempo para visitar una librería particular, especial, con un apartado de libros de deporte que les llamó la atención. Fútbol y cultura juntas, de la mano.

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 ??  ?? Vista general de dos pisos de la librería ‘Carturesti’ mientras dos aficionado­s suizos buscan un libro.
Vista general de dos pisos de la librería ‘Carturesti’ mientras dos aficionado­s suizos buscan un libro.
 ??  ?? Los libros de fútbol están a la orden del día en la librería.
Los libros de fútbol están a la orden del día en la librería.
 ??  ?? Un aficionado francés ojea un libro.
Un aficionado francés ojea un libro.
 ??  ?? Tres jóvenes visitan la librería.
Tres jóvenes visitan la librería.
 ??  ?? Hinchas de Francia, en la puerta.
Hinchas de Francia, en la puerta.
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Libros de fútbol.

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