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Luis Enrique se carga de razón

Todas sus decisiones y sus cambios han llevado a la Selección a cuartos Esperó a Busquets (dos veces MVP), insistió con Morata...

- J. MAROTO

Las apuestas que Luis Enrique ha ido haciendo durante la Eurocopa le están saliendo bien. La rotación en el equipo es total, y sólo Unai Simón y Pedri han jugado todos los minutos. Salvo en la portería, ha habido cambios en todas las líneas y ha conseguido que todos rindan: tiene 24 jugadores y un equipo muy implicado.

Azpilicuet­a.

Luis Enrique llegó con la idea de jugar con Marcos Llorente de lateral derecho. Así lo hizo durante los dos primeros partidos. Ante las críticas por retrasar la posición del centrocamp­ista más goleador y llegador que tiene en la Selección, el asturiano le sacó del equipo y puso a Azpilicuet­a. El navarro ha participad­o en las dos goleadas, a Eslovaquia y Croacia, y, nueve años después de su debut, se ha estrenado como goleador.

Morata.

La insistenci­a del selecciona­dor con el delantero centro de la Juventus ha tenido premio. Morata no estuvo acertado en los tres partidos de la fase de grupos, pero en la primera eliminator­ia se destapó con un partidazo ante Croacia. Es verdad que ha disfrutado de la confianza del selecciona­dor, que le ha dado un crédito del que aún no ha disfrutado Gerard Moreno, relegado a la banda y fuera de su zona habitual.

Pedri.

La fe que le profesa Luis Enrique se nota en que es el único intocable junto a Unai Simón. Lo ha jugado todo y además bien, pero todavía se espera más de él. La comparació­n que se le hace con Andrés Iniesta no le favorece, pero pese a su juventud, 18 años, apenas ha cometido errores más allá de la cesión larga a Unai Simón que acabó con la clamorosa cantada del portero.

Busquets.

Es otro de los jugadores-referencia para

Luis Enrique. El selecciona­dor fue criticado por guardarle la plaza pese a que el culé se contagió de coronaviru­s y se perdió toda la concentrac­ión previa a la Eurocopa en Las Rozas, además del primer partido de España en el torneo ante Suecia. Conclusión: ha sido elegido MVP en dos partidos. La línea media se ha consolidad­o con el eje que forman Koke, Busquets y Pedri. Thiago salió desde el banquillo ante Suecia y Eslovaquia.

Gayà.

Jordi Alba, el único campeón que queda en la Selección junto con Busquets, jugó los tres primeros partidos y lo hizo a un gran nivel. Pero la aparición de Gayà en el tercero ha sido un suceso. El jugador valenciani­sta demostró que no tiene fin, que puede subir la banda tantas veces como se le requiera y que es vertical y llegador. Una gran solución para España, que se viene arriba por los costados.

Laporte.

Luis Enrique removió Roma con Santiago para conseguir que la Federación agilizara la nacionaliz­ación de Laporte. La apuesta se tambaleó en el partido contra Polonia, cuando Lewandowsk­i le ganó la posición y marcó el gol del empate en Sevilla. Pero el asturiano insistió (al que cambió fue a Pau Torres) y Laporte ha recuperado la confianza e incluso ha marcado un gol.

Sarabia.

Empezó como revulsivo, por detrás de las bandas titulares (Ferran y Olmo) pero se ha hecho con el puesto porque tiene lo que no aparecía: mucho gol. No es extraño que un jugador que le cubre minutos a Neymar y Mbappé sea titular en la Selección, más bien lo sería si fuera al revés. Está pletórico. Muy rápido y vertical. Un puñal para España.

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Álvaro Morata, tras marcar ante Croacia.

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