Morata y Unai Simón cierran bocas

Si el duelo entre España y Croacia hubiese terminado a la media hora de partido, muy probablemente Unai Simón y Álvaro Morata se habrían tenido que volver a España en barco desde Copenhague. Entonces, la selección perdía por 0-1 ante los balcánicos tras un fallo grosero del portero. El guardameta del Athletic, muy probablemente, protagonizó el gol tonto de la Eurocopa y muchos ya le incluían en la leyenda negra de cantadas como la de Zubizarreta -en el Mundial de Francia 98- o la de Arconada -en la Eurocopa del 84-. Unai Simón, sin embargo, aguantó en pie en el campo y, tras abrazarse con De Gea -sabe muy bien de lo que habla cuando se refiere a las críticas-, en el descanso se vino arriba. El portero vitoriano se reencarnó en Iker Casillas con tres paradones a bocajarro que impidieron la derrota de España. Especialmente importante fue la que sacó al inicio de la prórroga a Kramaric. Acto seguido, la selección nacional marcó el gol que le dio la tranquilidad para el resto del partido. El autor del tanto fue el delantero más criticado y objeto de memes constantes. Hablamos de un Álvaro Morata que marcó un golazo de solera con la zurda tras un excelso centro de Dani Olmo. El ariete de la Juventus, que venía de fallar un penalti en la goleada contra Eslovaquia, mató a todos sus fantasmas con un tanto de máximo nivel que puso a España con pie y medio en la siguiente fase. La rabia en la celebración del madrileño fue la rabia de un país que deseaba verle triunfar tras tantas decepciones y burlas.